La OMS compartió un estudio realizado por la revista médica británica, The Lancet, que analiza las tendencias mundiales de bajo peso y obesidad entre 1990 y 2020. El estudio evidenció que más de mil millones de personas viven con obesidad, es decir, 1 de cada 8 personas en el mundo.
Mediante la valoración de más de 3 mil 663 estudios representativos de la población mundial, The Lancet, precisó que entre 1990 y 2020 la obesidad entre adultos se ha duplicado y entre niños y adolescentes (5 a 19 años) se ha cuadriplicado. A su vez, el estudio definió que en 2022 más de 43% de los adultos tenía sobrepeso.
Como lo indica el nombre de la investigación, esta analizó las tasas de malnutrición a nivel mundial. Incluyendo la desnutrición (emaciación, retraso en el crecimiento, bajo peso), niveles de vitaminas o minerales inadecuados, sobrepeso y obesidad. Los resultados identificaron que a nivel mundial, la prevalencia de tasas combinadas (bajo peso-obesidad, delgadez-obesidad) aumentó en la mayor parte de los países considerados en el estudio.
Del año 1990 al 2020, la prevalencia combinada de bajo peso y obesidad en hombres adultos aumentó en más de 162 países un 82% a nivel global en mujeres, mientras en hombres se registró un incremento del 70% en 140 países. El estudio señala que las tasas combinadas más altas de bajo peso y obesidad se registraron en naciones insulares del Pacífico, Caribe, Oriente Medio y África del Norte. En el caso de niños y adolescentes también se observó un incremento en la prevalencia de tasas combinadas, del 70% en 140 países, en niñas, y de 69%, 137 países, en niños.
Al respecto, la OMS publicó, "Este nuevo estudio pone de relieve la importancia de prevenir y controlar la obesidad desde los primeros años de vida hasta la edad adulta". Referente con ello, la organización de salud enfatiza la importancia del ejercicio, atención adecuada y dieta en relación con la prevención y control de la obesidad.
Por otra parte, la OMS argumenta que el cumplimiento de los objetivos mundiales para la salud requiere de la intervención del gobierno y comunidades, basadas en datos de la propia organización y otros organismos de salud. Del mismo modo, se enfatiza la importancia de fortalecer a nivel mundial las medidas acordadas en el Plan de Aceleración para detener la Obesidad 2030.
Entre las intervenciones establecidas en el Plan de Aceleración se mencionan acciones para apoyar prácticas saludables, el desarrollo de reglamentos sobre comercialización de alimentos y políticas de alimentación escolar. Así como, el impulso de políticas fiscales que promuevan dietas saludables, etiquetado nutricional y de campañas de educación y concientización sobre dietas, ejercicio y prevención. (NotiPress)