IA en la política representa nuevas oportunidades, no solo es para “guerra sucia”

IA en la política representa nuevas oportunidades, no solo es para “guerra sucia”

Foto: FreePik

En temporada electoral, los partidos políticos y sus principales protagonistas se enfrascan en “guerra” de dichos, acusaciones y reclamos, pero en la actualidad hay un aditamento extra que se está poniendo en juego: la inteligencia artificial (IA). Los actores políticos ya acusan a sus contrincantes de usar estas herramientas para el golpeteo, lo que cambia el panorama en la política del país.

 

El caso más reciente es el audio difundido en el que se escucha, presuntamente, a la alcaldesa de San Pedro Cholula, Paola Angon, hablando del dirigente del PRI, Néstor Camarillo, tras haberle comprado una candidatura por 2.5 millones de pesos. El priista dijo que dicho audio era falso y que fue generado con IA, como parte de una “campaña negra” de Morena.

 

Si bien no se ha comprobado que dicho audio sea falso o verídico, es una muestra de cómo estas herramientas están impactando en la política y la forma en que se puede utilizar. Por otra parte, además de los usos difamatorios que se le esté dando, la IA también tiene beneficios para la política, algo que ya se está viendo en los últimos años.

 

Una de las premisas de la IA es que ofrece una gran capacidad de procesamiento de datos en menos tiempo que otros sistemas computarizados, algo que tendría un impacto positivo en la política para la toma de decisiones. Con sus algoritmos y aprendizaje automático, la IA da el potencial de tomar decisiones que parecerían complejas, incluso prediciendo escenarios actuales y futuros.

 

Otro aliciente favorable es la capacidad de dar mejores servicios para la sociedad, ya que las IA pueden acercar las prestaciones del estado a la gente que más lo requiere, eliminando del medio la burocracia que demora los procesos. Prueba de ello es la implementación de asistentes inteligentes o chatbots que ya se emplean para dar información de trámites y sobre los servidores públicos.

 

Lo anterior es algo que ya se ve en algunos espacios de gobierno, pues se sabe que ayudan a acercar más a la gente con los servicios en tiempo real de manera más efectiva que con una persona de por medio.

 

Actualmente, en México, atravesamos por un proceso electoral que se desarrollará como en años anteriores, pero en el futuro la IA representa nuevas oportunidades, ya sea para los votantes, los organizadores o quienes crean campañas. Como ya se comentó, ofrecen una gran capacidad de procesamiento e interpretación de datos, lo que ayudaría a identificar tendencias políticas y opiniones.

 

Asimismo, brinda la posibilidad de dar información detallada y personalizada para cada persona, algo útil para las agencias de campañas políticas. Por su parte, los votantes tienen la opción de discernir entre las mejores opciones de acuerdo con sus gustos. En tanto, quienes se encargan de la organización de las elecciones, tienen al alcance mejores herramientas para el escrutinio de sufragios.

 

Por último, está la opción de identificar y prevenir la desinformación que surge constantemente en el ámbito político. Esto es algo que se emplea hoy en días más en redes sociales para la detección de noticias falsas o engañosas, pero también se puede aplicar a la información que busca generar incertidumbre, más aún en procesos políticos.

 

Aunque claramente la inteligencia artificial ofrece múltiples ventajas, la realidad es que representa un arma de doble filo, ya que hay usos negativos que se le pueden dar. Uno de estos es la generación de imágenes, videos o audios que son prácticamente indistinguibles de los falsos, los llamados “deep fakes” que dan lugar a información engañosa.

 

Lo anterior no es algo nuevo, ya que se ha visto cómo se usa en campañas negras que buscan moldear la opinión pública. Por ejemplo, el año pasado luego de que Marcelo Ebrard perdiera la candidatura de Morena, se difundió un video en el que se le ve y escucha apoyando a la candidata de oposición, Xóchitl Gálvez.

 

Y es que cada vez hay herramientas más potentes con capacidad de generar contenidos hiperrealistas, como “Stable Diffusion” o, en lo más reciente, “SORA”, de OpenAI, los creadores de Chat GPT que ahora también desarrollan videos realistas a partir de texto. Lo anterior cobra más relevancia en un contexto electoral, ya que es en medio de las campañas donde se usan estas estrategias.

 

También representa otros retos, como la recolección de datos que se necesitan para que las IA aprendan, lo que vulnera la privacidad de las personas, ya que en muchos países no hay regulación concreta ante estos escenarios. También está la prolongación de prejuicios y estereotipos racistas, machistas y clasistas que suelen reproducir, ya que se basan en datos históricos para alimentarse.

 

Aunque en estos días la IA se esté usando para la “guerra sucia”, o como una salida ante la filtración de información real, en los hechos esta representa una oportunidad para cambiar la política, pero requiere asegurar un uso ético y responsable.

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