En días recientes resurgió el debate en torno a los efectos de las vacunas que se aplicaron en los últimos años para combatir al covid-19, pues hay quienes afirman que estas provocan, a la larga, problemas cardíacos y hasta neurológicos. Esto es algo que muchos advertían desde hace tres años cuando surgieron los primeros biológicos, pero ¿qué tan cierto es?
Para responder a estas interrogantes, el médico Gerardo Gómez Reyes comentó en entrevista para Imagen Poblana que esos supuestos efectos negativos de la vacuna son más adjudicables a secuelas del propio covid. Asimismo, señaló que en ningún caso las enfermedades cardíacas o neurológicas han aumentado, por lo que no es posible que los fármacos provoquen estas afecciones.
El especialista señaló que, a pesar de que las vacunas fueron la mejor defensa contra la pandemia, la gente siempre ve más lo negativo, por lo que adjudican los supuestos efectos negativos a las vacunas. Sin embargo, desde su punto de vista, estos pueden ser en realidad una secuela de quienes sí tuvieron la enfermedad.
Nuestro entrevistado explicó que las vacunas funcionan mediante una versión del virus atenuado, por lo que no causa la enfermedad en quienes las reciben y solo despiertan una reacción inmunológica en nuestro sistema. Así trabajan fármacos contra el sarampión o contra el covid. Esta razón es la única por la que pueden causar efectos secundarios leves y casi inmediatos, pero no a largo plazo.
“Por eso sí pueden dar ligeras reacciones, el malestar, la fiebre o una gripe, pero que te causen problemas neurológicos o cardíacos, no. Eso es porque te dio la enfermedad y esa es la secuela”, sostuvo el médico.
Respecto a un hipotético aumento de afecciones relacionadas con el corazón o de índole neurológica, Gerardo aseguró que esto no sucede, pues la única función es que los vacunados resistan más al embate del virus, pero no tienen ninguna relación con otro sistema. En la gente que él atiende diariamente, no ve ningún indicio de que estos padecimientos vayan al alza tras años de ser vacunados.
No obstante, lo que sí señaló es que las enfermedades respiratorias sí se han modificado, ya que tras el paso del covid, los virus estacionales que ya conocíamos, como la influenza o la gripe, se modificaron y hoy son diferentes. Dado que fue un fenómeno que aconteció en todo el mundo, su rápida circulación contribuyó a que los patógenos a los que ya estábamos acostumbrados también mutaran.
“Han cambiado ya los virus comunes que había en ciertas estaciones del año. Sí hay un poco más de enfermedad, más fuerte y más resistente porque así los hizo el covid”, aseveró Gerardo.
Esto, explicó, se debe a que muchas personas usaron medicamentos que resultaron inútiles para atacar a ese virus, por lo que desarrollaron inmunidad y, cuando llega el virus para el que sí sirven, ya no son suficientes las dosis normales, haciendo al agente más difícil de erradicar.
Finalmente, agregó que la gente también cambió sus hábitos de cuidado de la salud, pues se acostumbraron a ser más precavidos, y prueba de ello es que aún prevalece el uso del cubrebocas. En lo que respecta a la confianza en las vacunas, acotó que estas todavía tienen mucha gente en contra porque creen que tienen los supuestos efectos secundarios o por cuestiones religiosas.
“Hay grupos religiosos, sectas, que por lo mismo no tienen permitido donar sangre o aplicarse vacunas. Esas son muchas tendencias ideológicas”, finalizó.