El informe de la primera muerte humana por el recién descubierto virus Alaskapox, transmitido por pequeños roedores, ha causado gran alarma en todo el mundo. El patógeno pertenece al género Orthopoxvirus, que incluye la viruela y varios linajes zoonóticos que causan brotes en distintas partes del planeta.
A mediados de septiembre, un anciano residente en la península de Kenai, en Alaska, que estaba recibiendo tratamiento contra el cáncer, notó una erupción roja en la piel de la axila derecha. Según el Servicio Epidemiológico del estado, el paciente se puso en contacto varias veces con su médico y con urgencias por la erupción y le recetaron antibióticos. Una biopsia del tejido afectado no mostró células malignas ni infección bacteriana.
El estado del paciente empeoraba. La erupción se convirtió en llagas con costras grises que supuraban líquido. Las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas revelaron varias lesiones en el cuerpo características de la viruela, una enfermedad vírica mortal erradicada en la década de 1980.
Se hicieron pruebas para identificar el agente causante. Un resultado preliminar indicó una similitud con el virus de la viruela vacuna, pero pruebas posteriores lo desmintieron. La muestra se envió a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, donde las pruebas mostraron similitud con el virus Alaskapox descubierto en 2015.
El paciente fue tratado de viruela y se le administraron inmunoglobulinas. Al cabo de una semana, su estado mejoró, pero luego empezó a perder fuerza rápidamente, las heridas no cicatrizaban, se desarrolló una insuficiencia renal aguda y problemas respiratorios. A finales de enero, el paciente falleció.
No está claro cómo pudo infectarse. Vivía solo en una zona remota, no había viajado ni había tenido contacto con visitantes o pacientes infecciosos. Las sospechas recaen hasta ahora en un gato callejero al que cuidaba el fallecido, del que había recibido arañazos en más de una ocasión. Sin embargo, el animal dio negativo en la prueba del extraño virus. También es posible que el hombre hubiera contraído la infección al excavar en tierra contaminada con desechos de mamíferos salvajes.
Los ortopoxvirus se clasifican como virus que contienen ADN. Se conocen un total de 12 especies, entre ellas la viruela mortal del pasado y el recién descubierto Alaskapox. La mayoría son zoonóticos, es decir, circulan en poblaciones de animales salvajes. Resulta alarmante que los ortopoxvirus intenten cada vez más cruzar la barrera entre especies saltando a los humanos. El ejemplo más llamativo es la viruela de los monos en África Central. En 2011, tres personas se infectaron con viruela del camello en la India, y ha habido casos en el norte de Sudán. El cuadro clínico es muy similar al de la viruela.
La vacuna contra la viruela sirve contra todos los orthopoxviruses. Sin embargo, no se aplica desde 1980, cuando se anunció que el virus había sido erradicado de la población humana. Desde entonces, la inmunidad colectiva empezó a debilitarse, y ahora la humanidad está indefensa frente a nuevos patógenos de este género.
Los epidemiólogos advierten que los brotes serán cada vez más frecuentes. El virus Alaskapox sigue siendo poco conocido. Solamente hay siete casos registrados, uno de ellos es mortal. Los demás han causado una enfermedad moderada.