Los incendios en Valparaíso, Chile, que comenzaron a principios de febrero, tuvieron diversos agravantes que potenciaron el desastre y causaron la muerte de más de un centenar de personas, así como la destrucción de miles de hogares.
Aunque aún hay una investigación en proceso que busca dar una explicación oficial, el Servicio Nacional de Prevención y Atención de Desastres (Senapred) adelantó algunas conclusiones que ayudan a tener un panorama más claro sobre las causas de la tragedia.
Por ejemplo, testigos aseguran que la alerta masiva enviada a los números celulares por el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE) llegó muy tarde o incluso nunca fue recibida. Además, el mensaje no daba indicaciones claras para dirigirse a algún lugar seguro. Al parecer, muchas antenas se quemaron y el sistema depende de ellas para difundir la información.
Por otro lado, la planificación urbana de los sectores afectados complicó aún más la situación. Muchos tienen construcciones débiles, una alta densidad poblacional y se ubican en zonas de alto riesgo, con una topografía que dificulta el desplazamiento y pocas vías de evacuación.
