El debate sobre el fin del mundo fue retomado con la aparición de la inteligencia artificial (IA) en la escena académica. Durante siglos, esta cuestión fascinó a la humanidad, pero ahora, gracias a la capacidad de análisis de datos masivos, los modelos de IA están aportando nuevas visiones a esta antigua discusión.
La IA de OpenAI, ChatGPT, al analizar tendencias actuales y pasadas, está proponiendo posibles escenarios futuros que podrían llevar a eventos catastróficos globales. Sin embargo, es importante recordar que estos pronósticos no son más que el resultado del procesamiento de datos, sin tener en cuenta la consciencia ni el criterio propio.
Desde la perspectiva científica se señaló que los eventos catastróficos pueden ocurrir en cualquier momento del futuro lejano, basándose en observaciones de patrones naturales y tendencias a largo plazo; sin embargo, no establece ninguna fecha específica para este evento.
Mientras tanto, las visiones en diferentes religiones y teorías conspirativas ofrecen interpretaciones simbólicas y especulativas, pero sus predicciones rara vez cumplidas.
La perspectiva filosófica considera el fin del mundo como un evento conceptual, más que físico, sujeto a cambios en la percepción humana.
Por otro lado, la perspectiva del impacto humano, como el cambio climático descontrolado, presenta proyecciones inciertas que dependen de las acciones que tomemos para abordar estas problemáticas.
La IA desarrollada por Google, Gemini, ofreció una serie de escenarios específicos sobre cómo y cuándo podría ocurrir el fin del mundo. Abarcando desde el impacto de un asteroide, donde los científicos descubrirán un astrífero del tamaño de la ciudad de Chicxulub que acabará con la faz de la Tierra, similar a la extinción de los dinosaurios; hasta supererupciones volcánicas, que a pesar que la última registrada fue hace 74,000 años, según Gemini, esta liberará miles de veces más energía que la bomba atómica de Hiroshima.
Gemini también especuló sobre la posibilidad de guerras nucleares, las cuales desencadenarían una destrucción masiva y un invierno nuclear, pero la fecha estimada dependerá de las decisiones políticas y la escalada de conflictos actuales. Finalmente, el potencial peligro de la existencia de la propia IA también es un escenario catastrófico, pues otra perspectiva asegura que la IA podría superar la inteligencia humana y tomar el control en un escenario apocalíptico; sin embargo, aseguró que este escenario es el que menor posibilidades tiene de existir.
Es importante resaltar que a pesar de estas perspectivas, el fin del mundo sigue siendo un misterio sin resolver. Ninguna predicción, ya sea basada en datos o en especulaciones, puede proporcionar una certeza absoluta sobre cuándo o cómo ocurrirá este evento.