Faltan exactamente 111 días para que se lleven a cabo las elecciones en México, por lo que el Instituto Nacional Electoral (INE) quiere la participación de más de 1.4 millones de mexicanos que radican en el extranjero. Si bien se les hace el llamado y en los discursos políticos se les menciona, los migrantes son un sector al que poco se toma en cuenta para los procesos electorales en su país de origen.
En entrevista con Imagen Poblana, el migrante mexicano José Armando Xochihua habla sobre cómo se percibe el presente proceso en Estados Unidos, país en el que vive desde hace 28 años. Asegura que, en general, los migrantes se sienten como un sector ignorado en la política de su país de origen, aunado al hecho de que no hay difusión sobre cómo pueden votar desde el extranjero y el nulo interés que estos procesos despiertan en la comunidad migrante.
José Armando vive en Nueva Jersey desde hace 28 años y, desde su punto de vista, los migrantes están “decepcionados” de la política mexicana, ya que no se le da el valor a su voto para elegir a un presidente, pues al final “ponen al que ellos deciden”, refiriéndose a los políticos. Respecto a las próximas elecciones, estima que sólo uno de cada diez irá a votar y muy pocos tramitan su INE en la embajada.
Ha sido testigo de que no hay suficiente trabajo de difusión para que los migrantes tramiten su credencial, pues lo usual es que se enteren cuando van a la embajada a renovar su pasaporte con un simple letrero de “tramita tu credencial”. No hay propaganda y nadie se acerca para hablar sobre la importancia del documento. Esta combinación da como resultado que se pierda el interés en la política de México.
“Aquí habemos muchos que llevamos años viviendo acá y realmente no nos interesa quién esté de presidente, porque habemos mucha gente que tenemos el pensamiento de no volver a México (...) Quizá de 100 personas, a lo mejor diez sí están interesadas en votar”, dice José Armando.
Para él, la fuerza del voto mexicano en Estados Unidos ha sido ignorada, pues a pesar de que constantemente se les aborda en los discursos de campaña, es muy raro escuchar propaganda para atraer su voto. Es por ello que ni él ni su pareja, también poblana, acuden a las urnas para elegir mandatario mexicano.
Nuestro entrevistado refiere que sólo se les valora por dos motivos: por las remesas que envían cada año, y durante los procesos electorales, que es cuando se acercan a ellos. En los 28 años que lleva viviendo en Nueva Jersey, se ha dado cuenta de que nada más en tiempo de campañas los políticos los toman en cuenta, pero sólo para ganar las elecciones, ya que luego no dejan más que promesas de campaña.
Sin embargo, más allá de la poca consideración y la nula difusión del INE para que tramiten su credencial, la comunidad migrante no tiene interés por votar, ya que, como lo dice, ahora su vida está en EU y no tiene planes de regresar. En su caso particular, ni siquiera ha tramitado su INE, toda vez que no tiene pensado ir a votar el 2 de junio.
“Realmente, yo vivo en este país hace 28 años, pienso no regresar a México, independientemente de la situación de inseguridad que hay. Realmente no me interesa, porque aunque estemos acá, prácticamente nuestro voto no vale. Dicen que tenemos que votar, pero realmente, ¿para qué?”, sentencia.
La apatía por la democracia mexicana en José Armando llega al grado de que apenas sabe quiénes son las dos mujeres candidatas a la presidencia, pero no conoce al único hombre en la contienda. Al cuestionarlo sobre qué tanto conoce de los aspirantes a la presidencial, refiere que sólo ha escuchado “de las dos mujeres”, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Asegura que de Xóchitl solo recuerda su reciente visita a Nueva York, en la que tuvo reuniones con jóvenes y hubo manifestaciones en su contra, además de que una persona de su equipo agredió a un migrante; “mucha gente no está con esa persona”, dijo. Hasta el momento de esta entrevista, José Armando no conocía el nombre de Jorge Álvarez Máynez, el único candidato hombre en 2024.
Extraño México, pero estoy mejor aquí y no pienso volver
Por otra parte, José Armando afirma que él se fue de Puebla hacia Estados Unidos cuando tenía 26 años. Si bien no tenía carencias en México, salió en busca de conocer más, experimentar y, como muchos otros, para buscar mejores condiciones económicas para su vida y sus proyectos personales. Pensaba que estaría dos o tres años, pero lleva 28 y, una vez más, no está en sus planes volver.
La principal diferencia que nota entre la vida que lleva en Nueva Jersey y la que llevaba en México es el poder adquisitivo que tiene. Sostiene que mientras que en EU con dos días de trabajo tiene el suficiente dinero para una semana y media de sustento, aquí en México una semana laboral alcanza para cubrir sus necesidades dos días.
“Esa es la gran diferencia entre este país y México. ¿Que se extraña el país? Claro que se extraña, pero a veces tenemos que estar donde estamos mejor”, dijo.
Asimismo, está el factor de la inseguridad que hace de su regreso algo impensado. Cuando vivía en Puebla, recuerda que a los 20 años podía salir de su hogar por las noches sin mayor inconveniente, pero hoy sus familiares que aún viven aquí le cuentan que salir a las ocho o nueve de la noche es peligroso, especialmente para las mujeres.
La política de México no le interesa, pero eso no quiere decir que no la viva, pues en EU también hay un ambiente tenso, especialmente para los migrantes. Afirma que el gobierno de Joe Biden es más relajado con las políticas migratorias al interior del país, pero la tensión se vive en la frontera con México, ya que muchas personas llegan cada día.
Actualmente, sólo es una vaga posibilidad regresar a Puebla para visitar a su familia o por si algún trámite lo requiere, pero definitivamente no como una opción para vivir, ya que en EU “desgraciadamente” se acostumbró a vivir con seguridad, estar en la calle a altas horas de la noche y sin que algo malo le ocurra.