Los automovilistas que quieren evitar las famosas fotomultas por exceso de velocidad han encontrado un “nuevo” recurso: las micas oscuras para las placas, que impiden que las cámaras puedan identificar el vehículo, una práctica poco ética y además ilegal.
Las micas oscuras son láminas plásticas que se colocan sobre las placas metálicas y que tienen un efecto polarizado que dificulta la lectura de los números y las letras.
Estas micas se venden en el mercado informal, a través de redes sociales o en locales de refacciones de autos, a precios que van desde los 100 hasta los 500 pesos, lo cual las hace relativamente de fácil acceso.
Por ejemplo, en Mercado Libre, este tipo de micas se venden en 299 pesos y llegan en un plazo de 24 horas, por lo que se puede decir es algo fácil de comprar y al alcance de muchas personas.
Quienes ofertan estos productos aseguran que las micas impiden ser multados y que son legales; sin embargo, esto es falso ya que el uso de micas oscuras está prohibido por el Reglamento de Tránsito del Estado de Puebla.
De acuerdo con el artículo 67 de dicho reglamento, se prohíbe instalar o utilizar en los vehículos cualquier objeto o dispositivo que obstruya la visibilidad de la información contenida en las placas, como marcos, adornos, luces o micas, cuya infracción por esta falta puede ser de 10 a 20 Unidades de Medida y Actualización (UMA).
Además, el artículo 226 del Código Penal de Puebla establece que se impondrá una pena de cuatro a ocho años de prisión y una multa de 100 a 200 UMA a quien falsifique, altere, suplante o use indebidamente las placas de circulación, y la pena se incrementará en una mitad si el delito se comete con fines ilícitos o para evadir la acción de la justicia.
Y es que otro de los aspectos que hay que tomar en cuenta que estos artefactos también pueden ser utilizados por los delincuentes para pasar desapercibidos por el sistema de videovigilancia del gobierno.
De este modo podemos decir que el uso de micas oscuras no solo implica una violación al reglamento de tránsito, sino también un posible delito penal, que puede facilitar la comisión de otros ilícitos, como el robo de vehículos, los asaltos o el secuestro.
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