Como se anticipaba, Nayib Armando Bukele Ortiz resultó ganador de las elecciones presidenciales en El Salvador, con lo que extendió su mandato por cinco años más, recordando que antes ganó las elecciones en 2019. Más allá de la polémica que ha sido su administración, la victoria de Bukele fue sobresaliente porque obtuvo más del 80 % de los votos, algo inédito en el país y pocas veces visto en otros sitios.
Nayib Bukele ganó la reelección en El Salvador con el 85 % de los sufragios, superando ampliamente a sus rivales, quienes apenas obtuvieron el 6 o 2 % de las preferencias. Esto convierte a Bukele en el presidente salvadoreño con la victoria más contundente en la historia del país. En 2019 ganó con el 53.1 %, con lo que también evitó una segunda vuelta de comicios.
Es bien sabido que gran parte de la victoria de Nayib Bukele se debe a su polémica estrategia de seguridad, con la que ha encarcelado a los pandilleros del país y ha logrado días completos sin homicidios. Esto es en el caso de El Salvador, pero hay otros países en los que los ganadores logran victorias aplastantes sobre sus rivales, ¿a qué se deben estas victorias arrolladoras?
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En primer lugar, uno de los principales motivos por los que un candidato logra una “victoria arrolladora” es por su carisma y la simpatía que genera con la gente. Esto no significa que los líderes políticos sean agraciados, sino que los carismáticos se distinguen por su natural forma de ser y la manera en que se desempeñan en funciones, lo que agrada y persuade a los votantes.
Un político con carisma transmite confianza con la gente, no sólo por su aspecto, sino también por sus palabras y la forma en que se comunica y expresa sus ideas. Esto también tiene un lado negativo, ya que al centrarse en estos aspectos, la gente pierde de vista otras áreas como las deficiencias del candidato o los pocos resultados de quien ya está en funciones y busca reelegirse.
Por otra parte, también se debe considerar el contexto de las personas a las que se habla y la plataforma política que se presentará para convencerlos de votar. Hay casos donde los políticos afrontan una justa electoral en medio de diferentes crisis, desde económicas y de seguridad, hasta las de derechos humanos y migración, por ejemplo, lo que da pie a diversas áreas de oportunidad para crear propuestas.
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— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 5, 2024
Al combinarse un contexto de necesidad o apremio, con una propuesta que promete revertir la situación, se influye directamente en el comportamiento de los votantes y se pueden lograr victorias con amplios márgenes de diferencia.
El ejemplo más claro de esto es el propio Nayib Bukele, quien llegó con una propuesta de cambiar el panorama de seguridad en El Salvador. Para esto tomó medidas polémicas que violan múltiples derechos humanos y con las que se encarcela arbitrariamente a personas inocentes, pero que al final dio resultados a la gente, por lo que ahora es respaldado por la mayoría de la población.
Finalmente, también entra el factor de la credibilidad de los actores en cuestión que buscan convencer al electorado. Los políticos que ya tienen mucho tiempo en la escena y no han dado los resultados esperados tienden a ser los menos votados, ya que la gente conoce su trabajo, mientras que los que sí han dado prueba de sus labores son a los que la gente respalda.
Otras victorias aplastantes
El caso de Nayib Bukele destaca por la forma en que se ha manejado el que se autodenomina “el dictador más cool del mundo mundial”, pero no ha sido el único que logra una victoria con tan diferencia, y aunque es la más notable en su país, en otros han logrado resultados más contundentes.
Una prueba son los resultados electorales de 1972 en Estados Unidos, en los que el republicano Richard Nixon salió avante con el 96.7 % de los votos colegiados, dejando con el 3.2 % al demócrata George McGovern. El voto popular fue de 60.7 % a favor de Nixon, mientras que el de McGovern fue de apenas 37.5 %, con lo que el republicano arrasó en 49 de los 50 estados de EU.
En México la última elección presidencial dejó un resultado arrollador, aunque no con la misma diferencia que en otros países, ya que hubo múltiples candidatos. La victoria de Andrés Manuel López Obrador en 2018 fue con el 53.19 % de los votos, traducido en más de 30 millones. El segundo lugar, el panista Ricardo Anaya, apenas juntó 12 millones, mientras que el priista José Antonio Meade sólo pasó de los 9 millones. Ha sido la victoria más clara de las últimas elecciones.
Las victorias aplastantes no sólo constan de los dos rivales que se enfrentan cara a cara, sino también de todo lo que los rodea. En 2019 el conservador Boris Johnson ganó las elecciones como primer ministro del Reino Unido a Jeremy Corbyn. Johnson se hizo del 43.6 % de los votos, frente al 32 % de Corbyn, y aunque fue una diferencia considerable, la otra parte de la victoria se dio en el parlamento, ya que el partido de Johnson se llevó 364 escaños, frente a los 203 de los Laboristas.