A partir de hoy, en Inglaterra y Gales Unido, poseer un perro de la raza American Bully XL sin una licencia es considerado un delito penal, según la nueva ley sobre perros peligrosos que se aprobó a finales del año pasado. Los propietarios que no obtengan la licencia podrían enfrentar la confiscación y sacrificio de sus perros, así como multas y procesamiento legal.
Esta medida fue tomada por el gobierno británico debido a varios ataques mortales o graves causados por perros de esta raza en el país. El primer ministro Rishi Sunak argumentó que el American Bully XL representa un peligro para la sociedad, especialmente para los niños, y señaló que los ataques no son incidentes aislados, sino un patrón de comportamiento de estos perros.
La nueva legislación establece que los propietarios deben obtener una exención, para lo cual deben contratar un seguro de responsabilidad civil que cubra daños a terceros, pagar una tasa de 94 libras, implantar un microchip y castrar al perro. Además, los perros deberán permanecer atados en zonas seguras donde no puedan escapar y con bozal en público y en propiedades privadas.
Los American Bully XL surgieron de cruces entre American Staffordshire y American Pitbull, y son definidos por ciertos estándares físicos, como un cuerpo musculoso, cabeza cuadrada y pesada y una altura específica. Por lo que se estima que hay alrededor de 100,000 de estos perros en el Reino Unido.
Esta nueva medida generó controversia entre los propietarios y los activistas animalistas, quienes argumentan que se está criminalizando a perros que, con la educación adecuada, pueden ser cariñosos y apacibles. Hasta hace una semana, antes de la entrada en vigor de la ley, únicamente alrededor de 30,000 propietarios habían solicitado el certificado de idoneidad necesario y las protectoras de animales tienen prohibido acoger perros de esta raza, lo que podría llevar al sacrificio de aquellos que se abandonen.
