Venta de armas estadounidenses alcanza máximos históricos a nivel mundial

Venta de armas estadounidenses alcanza máximos históricos a nivel mundial

Foto: FreePik

El programa de Ventas Militares Extranjeras entregó material y servicios por valor de 80.900 millones de dólares en 2023, informaron desde el Departamento de Estado de EEUU en su reporte anual sobre transferencias de armas y comercio de defensa. Esta cifra representa un aumento de casi el 56% con respecto al año fiscal 2022.

 

Aparte de las Ventas Militares Extranjeras (FMS, por sus siglas en inglés), las llamadas Ventas Comerciales Directas (DCS) de Estados Unidos también aumentaron el año pasado hasta 157.500 millones de dólares, frente a los 153.600 millones del año fiscal 2022, informó el Departamento de Estado en un comunicado. El total récord de FMS y DCS en el año fiscal 2023 asciende a unos 238.000 millones de dólares.

 

El FMS y el DCS son las dos formas principales que tienen los gobiernos extranjeros de comprar armas a empresas estadounidenses. En el marco del DCS, los socios internacionales de EEUU trabajan directamente con las empresas estadounidenses, mientras que el FMS ofrece al cliente garantías de que el proceso de adquisición se llevará a cabo de acuerdo con las normas del Departamento de Defensa en todas las fases. Ambas ventas requieren la aprobación del Gobierno estadounidense.

 

Operaciones relacionadas con el FMS

 

La cifra total de 80.900 millones de dólares correspondiente al FMS el año pasado incluye 62.250 millones de dólares en ventas de armas financiadas por países aliados y socios de EEUU, así como 3.970 millones de dólares a través del programa de Financiamiento Militar Extranjero del Título 22, según los datos publicados.

 

Otros 14.680 millones de dólares se financiaron a través de otros programas del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa, incluida la iniciativa de asistencia y ayuda a la seguridad de Ucrania.

 

Polonia realizó algunas de las mayores compras, adquiriendo helicópteros de ataque Apache por 12.000 millones de dólares y pagando también 10.000 millones por sistemas lanzacohetes Himars. Alemania gastó 8.500 millones en helicópteros de transporte militar Chinook, mientras que Bulgaria pagó 1.500 millones por vehículos blindados Stryker y Noruega compró helicópteros multimisión por valor de 1.000 millones. La República Checa compró cazas F-35 y munición por valor de 5.600 millones de dólares.

 

Fuera de Europa, los datos del Departamento de Estado indican que Corea del Sur pagó 5.000 millones de dólares por los cazas F-35 y Australia gastó 6.300 millones en aviones C130J-30 Super Hércules. Además, Japón alcanzó un acuerdo de 1.000 millones de dólares por un avión de vigilancia E-2D Hawkeye.

 

Contratos DCS

 

Entre los ejemplos de las principales notificaciones de DCS al Congreso del año pasado figura un cuantioso acuerdo con el Ministerio de Defensa ucraniano para el suministro sistemas de misiles antiaéreos Nasams por valor de 1.200 millones de dólares. Otros acuerdos por un valor aproximado a la suma mencionada corresponden a Italia, India, Arabia Saudita, Singapur, Corea del Sur y Noruega, según el Departamento de Estado.

 

¿Fomentando conflictos en todo el mundo?

 

Se puede suponer que la comercialización de las guerras se ha convertido en una tendencia de la política estadounidense. En la misma línea, en un extenso informe de 2022 del centro analítico Quincy Institute for Responsible Statecraft, con sede en Washington, los autores instaban a la Administración Biden a "abordar una serie de cuestiones clave si se quiere que la política estadounidense de venta de armas sea coherente con los intereses estadounidenses a largo plazo".

 

"La consideración política clave es cómo restringir las ventas a aquellas que ayuden a los aliados a defenderse sin provocar carreras armamentísticas ni aumentar las perspectivas de conflicto", señala el informe, en referencia al acuerdo AUKUS sobre submarinos nucleares, que "beneficiará a los contratistas estadounidenses, pero corre el riesgo de alimentar la competencia armamentística y aumentar las tensiones con China".

 

En cuanto a la "rápida" ayuda militar estadounidense a Ucrania, el informe subraya que "Estados Unidos no ha ofrecido una estrategia diplomática de acompañamiento destinada a poner fin a la guerra antes de que evolucione hacia un conflicto largo y crispado o escale hacia una confrontación directa entre Estados Unidos y Rusia".

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