Para nadie es un secreto que en los últimos años, el incesante avance de las diferentes tecnologías va reemplazando las convencionalidades a las que estamos acostumbrados. Hace años se vio poco a poco cómo las plataformas de streaming fueron desplazando a los videoclubs y los taxis tratan de resistir a las plataformas como Uber y Didi, pero ahora un nuevo cambio podría estar en la banca.
En la actualidad, prácticamente todos los bancos ponen a disposición sus propias aplicaciones para que, desde ahí, la gente controle sus finanzas, revise sus estados de cuenta y haga compras, dejando obsoletas a las sucursales físicas a las que estamos acostumbrados. Es por esto que hoy en día se rumora que los bancos, como los concebimos, podrían desaparecer en un futuro no muy lejano.
Dado que hoy en día las personas no están obligadas a ir a las sucursales físicas para todos sus trámites bancarios, se especula que próximamente estas se volverán obsoletas y la gente dejaría de acudir a ellas. ¿Qué tan cierto es esto?
En un recorrido hecho por Imagen Poblana en sucursales de distintos bancos, nos pudimos percatar de que la gente todavía acude a estos espacios, aunque esto tiene un motivo principal. De igual forma, las bancas físicas se han convertido en sitios donde principalmente se acude a hacer retiros y muy poco a otros trámites, como los de ventanilla.
Bancos como los de BBVA son algunos de los que todavía presentan un constante tránsito de personas que acuden a sus sucursales. En los ubicados en Plaza Tolín, la fila de personas alcanza varios metros, la mayoría formados para acudir a los cajeros, mientras que el resto, menos de la mitad, acuden para entrar a la ventanilla a fin de ser atendidos por un cajero.
En la misma plaza hay sucursales de otros bancos como BanBajio, Inbursa y Santander, aunque sólo este último presenta una afluencia similar de gente en sus cajeros, ya que el resto se ve casi en abandono, con pocas personas entrando y saliendo, pero ninguna fila larga. Nuevamente de BBVA, el que está ubicado en la colonia La Paz sobre la avenida Teziutlán Sur, denota pocas filas y afluencia constante, pero no como el primer ejemplo.
Otro banco en el que sí es notable el tráfico de usuarios es el de Santander que está ubicado en el Centro Histórico, en la esquina de la calle 2 norte y Juan de Palafox y Mendoza. Ahí también es notable la gente que va y hace largas filas para entrar a los cajeros automáticos.
Uno de los que destaca por las largas filas en sus inmediaciones es el Banco del Bienestar que está en la avenida Reforma, también en el Centro Histórico. En este particular caso, se debe a que los beneficiarios de estos programas acuden a retirar sus pensiones, pues justo en estos días se hicieron los pagos del bimestre.
Esto es algo que no sólo ocurre en la capital del estado, ya que en el municipio de San Andrés Cholula la gente también está presente en las sucursales físicas, como la de Citi Banamex en la calle 5 de Mayo. Ahí también es evidente que la gente acude y está dispuesta a hacer filas para ingresar, una vez más, a los cajeros.
Y es que esta se ha convertido precisamente en una de las razones por las que la gente acude a las sucursales físicas, ya que en estas fechas caen los pagos correspondientes a la quincena, por lo que las personas hacen sus respectivos retiros o depósitos de nómina. Fuera de estas fechas en las que los trabajadores reciben su sueldo, es probable que los bancos luzcan poco transitados.
Aunque hoy en día las sucursales bancarias todavía son frecuentadas, al menos en apariencia, la realidad es que en los últimos años estos sitios físicos han ido desapareciendo poco a poco. De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), del 2019 al 2021, los bancos físicos disminuyeron en número, pasando de 12,849 a 11,698 sucursales.
La principal razón por la que estos sitios han ido desapareciendo es el auge de las bancas digitales. Según la Asociación de Bancos de México (ABM), en una década el uso de estas aplicaciones se disparó, ya que en 2013 estas eran usadas por un aproximado de 20 millones de personas. En cambio, para el 2023 dicha cifra se hizo casi cuatro veces más grande, pues alcanzaron un total de 79 millones de usuarios.
Estas aplicaciones ofrecen múltiples beneficios que hacen obsoleta la idea de acudir al banco, toda vez que en ellas se pueden hacer transferencias, pagos a tarjetas de crédito, compras, e incluso se pueden abrir cuentas con las que ni siquiera es necesario acudir al banco para recibir el plástico. En caso de alguna duda o asesoría, también facilitan el enlace con personal de los bancos, algo que en otros tiempos sólo se podía yendo a una sucursal.
La evolución de los bancos
Para la mayoría de las personas parece poco creíble la idea de que estos ya no sean necesarios, pero su historia es una prueba de que no siempre han sido como son hoy y estos pueden cambiar. Algunos de los primeros bancos, aunque no se les llamara como tal, son del siglo XVII, siendo espacios para guardar bienes.
Fueron sufriendo pequeños cambios y no fue hasta el siglo XIX que se modificaron radicalmente. Se empezaron a especializar en la emisión de billetes y el trámite de créditos hipotecarios, pero también industriales y agrícolas. En el mismo siglo se crearon los primeros bancos centrales, ideados para tener un control sobre la emisión de monedas y billetes.
En el siglo XX volvieron a cambiar, pues se empezaron a dar mayores avances en tecnología y modalidades de crédito, por lo que empezaron a ofrecer nuevos productos. Ya en el siglo XXI los avances no pararon y se vio la incursión de las tecnologías personales que hicieron más eficientes los servicios para los clientes. Ahora, el nuevo reto es que los bancos se adapten a las modalidades de servicio, otros avances como la inteligencia artificial y las aplicaciones que los van dejando en segundo plano.