¿Indulto?, ¿qué es eso y en qué casos aplica?

El 23 de marzo de 1994, en México, ocurrió uno de los atentados más notorios en la historia de México: el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidenta del PRI. Por más de 30 años se tuvo certeza de quién fue el responsable y hoy han surgido nuevas teorías, además de una petición de indulto al asesino confeso, una figura poco usual en nuestro país.

Hoy, la Fiscalía General de la República (FGR) despertó una nueva teoría en torno al caso Colosio, que es la existencia de un segundo tirador, que se sumaría a la confesión de Mario Aburto de que él es el asesino del priista. Al mismo tiempo, el hijo de Colosio, Luis Donaldo Colosio Riojas, se pronunció y pidió ponerle fin al asunto, pues considera que está “manoseado” y cada cierto tiempo se le da uso político y electoral.

Es por esto que el alcalde de Monterrey pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que se le dé indulto a Mario Aburto, el único responsable confeso e imputado, hasta el momento, por el magnicidio. El indulto es algo que se ve pocas veces en un caso de tal magnitud, en especial si es solicitado por los familiares de la persona afectada.

La palabra indulto proviene del latín “indultus” y hace referencia al hecho de que un ser o entidad superior perdone total o parcialmente la pena sobre una persona. Jurídicamente hablando, en México el indulto es facultad del primer mandatario hacer que una sentencia penal impuesta por el Poder Judicial sea reducida o eliminada completamente.

En el derecho mexicano se reconocen al menos dos formas de indulto: la primera es el indulto por gracia, que hace referencia a una acción en la que el jefe del Ejecutivo otorga el perdón por gracia, bondad o equidad. El otro es el indulto necesario, una vía por la cual se reconoce la inocencia de la persona sentenciada a través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cuando los elementos probatorios en su contra fueran hallados falsos o si aparecen nuevos que devengan en la inocencia irrefutable del acusado.

En el primer caso, del indulto por gracia, sólo se suprimiría o reduciría la sentencia penal, pero continúa la obligación de reparar el daño. Por su parte, el indulto necesario sí elimina por completo las medidas impuestas para la reparación del daño causado.

Esta figura está plasmada en dos instancias de México: el Código Penal Federal y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En la Carta Magna, el artículo 89 hace referencia a la facultad del titular del Ejecutivo federal de otorgar el indulto a reos que fueron sentenciados por delitos federales.

Por su parte, el Código Penal detalla que el indulto servirá para eliminar por completo las penas y castigos, pero nunca las obligaciones de indemnización a las personas afectadas, al igual que tampoco borrará un historial de antecedentes penales.

La principal diferencia entre esta figura jurídica y la amnistía es que las personas que reciben el indulto son aquellas a las que se les ha dictado una sentencia penal, mientras que la amnistía aplica para todas las personas, incluso si no se tiene probada su participación en algún hecho delictuoso.

La principal característica para que una persona sea indultada, es que debe estar presa por un ilícito de orden federal y que ya hayan recibido sentencia. En otros casos, el indulto se da a personas que son consideradas presas políticas.

Gracias a una reforma aprobada en 2013, el indulto también se concede a personas cuya detención y reclusión se haya dado en circunstancias de violaciones a sus derechos humanos. Para todos los casos, el indulto debe ser una orden desde la presidencia, sin excepción.

Casos de indulto en México

El caso de Mario Aburto es especial porque es quizá el único magnicidio en el que la parte afectada, Colosio Riojas, hijo de Colosio Murrieta, pide el perdón al asesino confeso de su padre. Aunque el presidente López Obrador ya declaró que no se le concederá el perdón, a lo largo de la historia han existido casos en que el indulto benefició a otras personas.

Por ejemplo, al principio del sexenio de Enrique Peña Nieto se le otorgó el indulto al activista Alberto Patishtán Gómez, de Chiapas. Él cumplía una condena de 60 años que inició en 2002 por robo, portación de armas exclusivas del ejército, lesiones y homicidio calificado, hasta que en octubre del 2013 se le otorgó el indulto.

Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, se dieron al menos ocho indultos presidenciales, cinco de estos en beneficio de militares. Este caso fue particular ya que los cinco exintegrantes del ejército estaban condenados a pena de muerte por su presunta responsabilidad en la muerte de un mando superior. En noviembre de 2003, el panista les concedió el indulto y su pena se redujo a 20 años de prisión.

En lo que va de la administración de AMLO, se ha pedido el indulto para otras personas, particularmente en el caso de Israel Vallarta. Sin embargo, en este caso no se cumple uno de los principales requisitos, que es tener una sentencia ya dictada, pues Vallarta lleva 18 años en prisión acusado de secuestro sin pruebas y sin recibir una condena, lo que imposibilita al presidente de concederle el indulto.