Independiente o sin partido, figuras políticas que sobreviven en México

Independiente o sin partido, figuras políticas que sobreviven en México

Foto: FreePik

Tras más de cinco décadas de militancia, la aún diputada local Silvia Tanús Osorio anunció ayer su renuncia al Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque a diferencia de otros priístas que también lo hacen, afirmó que no buscará otro cargo o partido. La renuncia de Silvia Tanús se da a menos de nueve meses de que inicie la nueva legislatura, por lo que desde hoy y hasta el 14 de septiembre, permanecerá como diputada sin partido.

 

Silvia Tanús será, al menos en lo que resta de la LXI Legislatura, la única diputada que no pertenezca a alguna de las siete bancadas partidistas en el Congreso local. Esta figura normalmente se ve con aquellos legisladores que llegan a un curul mediante la vía independiente, pues lo usual es que se mantengan en una fracción legislativa.

 

Si bien este caso es el más reciente, a nivel local y federal, la figura del legislador sin partido ha existido y se ha empleado desde hace varios años. Aunque ha sido así, tampoco se detallan sus atribuciones y qué implica completamente no pertenecer a ningún partido en un Congreso.

 

Ser legislador significa que no se está con ningún grupo y es algo válido y reconocido tanto en las cámaras legislativas federales como en las locales, ya que con esto se fomenta la diversidad en el poder Legislativo y la participación de la ciudadanía. Los legisladores en esta situación lo hacen por dos motivos: renunciaron a su militancia o fueron expulsados de esta, o bien, porque llegaron al cargo con el respaldo ciudadano como independientes.

 

En lo que respecta al Congreso de la Unión, en la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, se establece que los legisladores sin partido tendrán las mismas consideraciones que el resto, por lo que se les dará el apoyo necesario para desempeñar sus labores de representación popular. De igual forma, tienen los mismos derechos y obligaciones que sus pares siglados a algún instituto.

 

En cambio, en los estados sus consideraciones se determinarán de acuerdo con la legislación local. En Puebla, por ejemplo, la Ley Orgánica del Poder Legislativo sólo da cabida a la existencia de esta figura, pero no ahonda en más detalles sobre las consideraciones que tendrá o los apoyos para el desarrollo de sus funciones.

 

De manera general, algo a lo que no tienen acceso es al financiamiento público como el que se les da a los partidos y no está clara cómo sería su participación al interior de los órganos legislativos, como las comisiones o la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo). Al estar en una clara situación de soledad, los legisladores sin respaldo partidista enfrentan varias dificultades, siendo una de las más grandes su poca fuerza política.

 

Al presentar una iniciativa, si se es legislador sin partido, es factible que esta sea bloqueada por el resto de las fuerzas partidistas, pues al final del día no se cuenta con ningún respaldo o medio de negociación para que sean aprobadas. Por el contrario, también hay ventajas en esta posición, ya que no se está condicionado a la orden de un partido, por lo que existe más autonomía y libertad en la creación de propuestas.

 

Si bien la existencia de los políticos sin partido, o independientes, ha existido desde hace varios años, es una realidad que hoy en día se ha disminuido debido a la dificultad para acceder a los cargos de elección popular. Tan es así como que en el proceso electoral de este año en la carrera presidencial se contará con una figura independiente, toda vez que los aspirantes fueron incapaces de cumplir con los requisitos impuestos por el Instituto Nacional Electoral (INE).

 

Sin embargo, en los últimos años han tenido lugar múltiples representantes populares sin partido, ya sea porque llegaron a sus cargos mediante un partido y fueron expulsados o renunciaron a su militancia, porque hicieron la gesta de alzarse como verdaderos representantes en la vía independiente.

 

Quizá el más destacado de los políticos sin partido en los últimos años fue el jalisciense Pedro Kumamoto Aguilar, quien en 2015, a sus 25 años, logró alzarse como el vencedor en la jornada electoral para la diputación local del distrito 10 de Jalisco. En 2018 quiso ir más allá y trató de ser senador independiente, aunque no tuvo éxito. Hoy, con su partido local “Futuro”, es aliado de la 4T en las elecciones de dicho estado.

 

 

Otro ejemplo de estos ha sido los senadores que conforman el autodenominado “Grupo Plural”, una fracción de legisladores desertores de otros partidos como Morena, el PANPRD y Movimiento Ciudadano que formaron su propia bancada reconocida por el Senado sin que esta sea un partido.

 

Los actuales integrantes de este grupo son Gustavo Madero, ex dirigente panista; Germán Martínez, el coordinador y otrora dirigente del IMSS que llegó al Senado con Morena; y Emilio Álvarez Icaza, quien estuvo en el PRD. Anteriormente estuvieron también Alejandra Gastélum, ex Morena que hoy está con MC, y Nancy de la Sierra Arámburo, ex PT que hoy está en la bancada del PRI.

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