Debates políticos, ¿exposición de ideas o espacios de grilla política?

Debates políticos, ¿exposición de ideas o espacios de grilla política?

Foto: FreePik

De cara a las elecciones federales del 2024, donde nuestro país cambiará al jefe del Ejecutivo, el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció las fechas en que se llevarán a cabo los debates presidenciales. Como cada seis años, habrá seis encuentros de las y los aspirantes a la presidencia, en un espacio que, en teoría, tiene como fin el intercambio y exposición de ideas y proyectos, pero que termina en grilla política.

 

Los debates de este año se efectuarán el primero el 7 de abril en la sede central del INE, donde los candidatos se someterán a preguntas ciudadanas de redes sociales. El segundo será el 28 de abril en los estudios Churubusco, donde las preguntas las harán los ciudadanos directamente. El último tendrá lugar en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, pero ahí no habrá presencia ciudadana y los candidatos se verán “cara a cara”.

 

En estos espacios, Claudia Sheinbaum Pardo, abanderada de Morena, PT y Verde; Xóchitl Gálvez Ruíz de PAN, PRI y PRD, y Jorge Álvarez Máynez, precandidato de Movimiento Ciudadano, expondrán proyectos de gobierno, ideas y visiones del país. Si bien ese es el objetivo de los debates, en los hechos, el antecedente refiere que se han ocupado más para señalar y acusar, que para contrastar planes reales.

 

Los debates del 2018 en distintas instancias fueron de los más recordados, pero no por las ideas que brotaron de ellos, sino por los momentos de grilla y polémica entre los candidatos, que más allá de centrarse en sus posturas y proyectos políticos, se fijaron más en atacarse y en hacer propuestas poco inviables o nada realistas.

 

Lo más recordado de ese año fueron los dichos como el “Ricky Riquín Canallín” de AMLO a Ricardo Anaya, candidato del PAN, o las descalificaciones que este le contestó sobre su edad. De igual forma, el candidato independiente de ese año, Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco”, propuso cortarle la mano a todos los que robaran del erario público, ante la estupefacción de la moderadora.

 

 

Más allá de eso, poco o nada se recuerda sobre de proyectos o ideas concretas para cambiar el panorama nacional del país. Esta fue una constante en los debates de ese año en todos lados, ya que en diversas entidades se dieron escenarios similares, donde no se habló de política y se priorizó la grilla y las descalificaciones.

 

Ejemplo de ello se vio en Puebla, donde hubo fuertes enfrentamientos entre la candidata del PAN, Martha Erika Alonso, y el candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa Huerta, en el único debate que hizo el Instituto Electoral del Estado (IEE). Lo más recordado fue que en uno de estos, la panista hizo una comparación del morenista con “Luisito Rey”, padre del cantante Luis Miguel, toda vez que en ese momento estaba en boga la serie de “el Sol”.

 

De igual forma, ese encuentro se caracterizó por ser una constante unión de los candidatos contra Barbosa Huerta, ya que la mayoría de los señalamientos fueron dirigidos a él. Naturalmente, él respondió a esto con señalamientos de supuesta corrupción de sus adversarios, pero ninguno se enfocó en el verdadero objetivo del debate, que es la confrontación de ideas.

 

En estos espacios de diálogo también se han vivido momentos embarazosos para los candidatos, pues han tenido comportamientos erráticos en medio del debate. En 2012, el candidato del Partido Nueva Alianza (PANAL)Gabriel Quadri, dio la nota no por sus argumentos, sino porque se le captó con una mirada lasciva a la edecán Julia Orayen, quien repartía papeles para asignar turnos a los demás candidatos.

 

Nuevamente en 2018, la candidata del PANAL en la Ciudad de México, Purificación Carpinteyro, se hizo viral por confrontar de manera cómica a Claudia Sheinbaum, al mismo tiempo de que los moderadores le pedían guardar la compostura. Esta ha sido la tónica de los debates a lo largo de los años, desde los años en que Vicente Fox ganó la presidencia gracias a sus ataques contra el priísta Francisco Labastida.

 

 

Con el paso del tiempo las dinámicas no cambiaron, ya que se han visto amenazas directas de golpes, insultos, propuestas como la del fallecido senador Armando Guadiana, quien prometía un concierto de Peso Pluma si ganaba la elección en Coahuila, y muchas otras escenas que se alejan de la idea central. Sin embargo, esto no sólo afecta la imagen de los debates, sino a los ciudadanos.

 

Estos espacios tienen como finalidad que el electorado pueda conocer a cabalidad a los actores políticos que podrían estar al frente de los cargos más relevantes del país, por lo que al centrarse en temas secundarios, privan a los votantes de conocer los ideales, propuestas serias y posturas de los candidatos ante los tópicos de mayor apremio en México.

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