Legisladores del oficialismo, entre la obediencia y la sumisión al Ejecutivo

Legisladores del oficialismo, entre la obediencia y la sumisión al Ejecutivo

Foto: Gustavo Torres, Sergio F Cara

Desde que entró en funciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mandado al Congreso de la Unión distintas iniciativas que son parte de su proyecto de nación iniciado el 1 de diciembre del 2018. Algunas han sido rechazadas, esto porque desde las elecciones intermedias del 2021 ya no cuenta con la mayoría calificada, y otras pasan debido a la complicidad de los legisladores morenistas.

 

En lo más reciente, el jefe del Ejecutivo anunció que para el próximo 5 de febrero, justamente el día de la Constitución Mexicana, enviará un paquete de iniciativas para reformar, entre otras cosas, al Poder Judicial de la Federación, el sistema de pensiones y al sistema electoral. Aunque todavía no se sabe exactamente en qué consistirán, diputados y senadores de Morena ya anunciaron que las apoyarán.

 

Por ejemplo, el senador Ricardo Monreal Ávila reconoció que si bien su aprobación requerirá “mucho trabajo” para lograr la mayoría calificada, estas iniciativas son importantes para el país. Pero no sólo es él, sino que todos los partidos de la Cuarta Transformación en San Lázaro han manifestado su respaldo a las iniciativas de AMLO, incluso antes de que sean enviadas.

 

El presidente nacional de Morena, Mario Delgado, junto a los coordinadores de los diputados federales de Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), anunciaron que apoyarán completamente las iniciativas que envíe el presidente el 5 de febrero y velarán para que sean aprobadas.

 

Esta ha sido una constante a lo largo de estos casi seis años, ya que en más de una ocasión se ha visto el apoyo incondicional y sin cuestionamientos a las propuestas de AMLO, algunas veces aprobándolas incluso sin leerlas o violando los debidos procedimientos. Prueba de esto es lo que sucedió una noche en abril del 2023, cuando los senadores de Morena y aliados pasaron de “fast-track” varias reformas.

 

Entre el 28 y el 29 de abril, los senadores de oposición se apoderaron de la tribuna del Senado en protesta por no nombrar a los comisionados del INAI, por lo que los oficialistas recurrieron a una sede alterna y ahí aprobaron más de 20 reformas del presidente. Algunos cambios avalados fueron la Ley de Ciencia, la desaparición del INSABI y Financiera Rural, Ley Minera y la administración del Tren Maya.

 

Un distintivo en todo este proceso es que se omitieron partes del proceso, además de que no hubo lectura de dictámenes, presencia de los opositores, intervenciones de ellos mismos ni la más mínima intervención. En promedio cada una fue leída y votada en menos de 15 o 20 minutos, aunque algunas fueron revertidas en la Suprema Corte por faltas al debido proceso.

 

Y es que ni siquiera se permiten los cambios planteados por los compañeros de su bancada que expresan inconformidad en algunos proyectos de ley. Esto se vio a finales del año pasado, cuando votaron el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). La mayoría de los morenistas votó en contra de la reasignación de recursos para los afectados de Guerrero por el huracán “Otis”, esto a pesar de que algunas propuestas de reserva fueron de un grupo de al menos 30 diputados de Morena, a quienes ignoraron para pasar el PEF tal como lo planteó el presidente.

 

Por si fuera poco, también ha quedado claro que no hay cabida para los diputados o senadores que cuestionen los ideales de la 4T, pues cuando votan en contra de las propuestas oficiales. Un caso fue el de los diputados Adela Ramos Juárez y Carlos Noriega Romero, quienes votaron en contra de la reforma electoral presentada el 6 de diciembre del 2022.

 

Cuando se dio a conocer el sentido de su voto, rápidamente les tachó de traidores y se les señaló constantemente. En el caso de Adela Ramos, en octubre pasado terminó por renunciar al partido y unirse a las filas de Acción Nacional, no sin antes ser atacada por no acatar las iniciativas de la 4T.

 

Si bien, a lo largo de la historia los presidentes buscan la mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores para dar avance a sus proyectos, durante el sexenio de AMLO se ha visto cómo los legisladores afines a la 4T están dispuestos a pasar todas las reformas que envíe el presidente sin cuestionamientos.

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