Los videojuegos son una forma de entretenimiento muy popular y divertida, que puede aportar beneficios cognitivos y sociales a sus usuarios, pero cuando el juego se vuelve obsesivo, compulsivo y descontrolado, puede convertirse en un problema de salud mental que afecta negativamente a la vida de las personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce desde 2019 la adicción a los videojuegos como un "trastorno del juego digital" o del uso de videojuegos, que se incluye en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
Síntomas y diagnóstico
Según datos de la misma OMS, para diagnosticar este trastorno se deben cumplir con algunos criterios durante al menos 12 meses, como es la pérdida de control sobre el tiempo, la frecuencia o la intensidad del juego.
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También es un síntoma cuando se prioriza el juego sobre otros intereses o actividades vitales, además cuando se le da continuación o aumento del juego a pesar de los problemas que genera.
Las personas con esta adicción sufren de un deterioro significativo del funcionamiento personal, familiar, social, educativo o laboral, además los síntomas de la adicción a los videojuegos pueden variar según la persona.
Sin embargo, entre los síntomas más comunes está que el adicto a los videojuegos se aleja de sus amigos y familiares y prefiere pasar la mayor parte de su tiempo libre jugando, ya sea de forma individual o en línea con otros jugadores.
También puede haber un empeoramiento del rendimiento académico o laboral, ya que el adicto a los videojuegos descuida sus obligaciones y responsabilidades y dedica menos tiempo y esfuerzo a sus estudios o trabajo.
Esto también puede afectar a su rendimiento, a su aprendizaje y a su desarrollo profesional y suele tener síntomas físicos derivados de su sedentarismo, como obesidad, diabetes, hipertensión, problemas visuales, dolores musculares o trastornos del sueño.
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Por lo que hace a los síntomas sicológicos, encontramos que el adicto a los videojuegos puede experimentar problemas de salud mental asociados a su dependencia, como ansiedad, depresión, baja autoestima, irritabilidad, falta de concentración o síntomas de abstinencia cuando intenta dejar de jugar.
Tratamiento
La adicción a los videojuegos es un problema serio que requiere de un tratamiento profesional cuyo objetivo es ayudar al adicto a recuperar el control sobre su juego, a reducir el tiempo que dedica a esta actividad, a mejorar su funcionamiento en las distintas áreas de su vida y a prevenir las recaídas.
El adicto a los videojuegos debe recibir apoyo y orientación de un sicólogo especializado, que le ayuda a identificar y modificar los pensamientos, emociones y conductas que mantienen su adicción.
La terapia puede ser individual, familiar o grupal, según las necesidades de cada caso, y en algunas ocasiones, el adicto a los videojuegos puede necesitar medicación para tratar los síntomas físicos o sicológicos que le causan estrés o malestar.
Además del apoyo de sus familiares y amigos, que le ayuden a seguir el tratamiento, a recuperar su autoestima y a retomar sus actividades e intereses, también puede ser útil acudir a grupos de autoayuda o asociaciones de afectados, donde compartir experiencias y consejos con otras personas que sufren el mismo problema.
La adicción a los videojuegos es una enfermedad que se puede prevenir y tratar. Para ello, es importante establecer unos hábitos de juego saludables como limitar el tiempo de juego a un máximo de dos horas al día, y no jugar antes de dormir.
Para prevenir la adicción se debe de alternar el juego con otras actividades de ocio, como el deporte, la lectura, el cine o las salidas con amigos.
Respetar las normas y los horarios de la familia, el colegio o el trabajo, no dejar que el juego interfiera con ellos y buscar ayuda profesional si se detectan signos de adicción o se siente incapaz de controlar el juego.
