En la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha vuelto común que el mandatario busque revalorizar a las empresas paraestatales, tales como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Si bien en esta última se hacen importantes inversiones, la realidad es que hoy en día continúa como una de las dependencias de gobierno más cuestionadas por su desempeño.
La CFE se asume como una empresa “de clase mundial”, por lo que se cree daría un servicio de calidad y eficiente, pero la realidad es que con frecuencia los usuarios de la única surtidora de energía eléctrica del país sufren el servicio deficiente. A esto se suma la opacidad con la que se maneja por parte de uno de los políticos con pasado más cuestionado, Manuel Bartlett Díaz.
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¿Es realmente la CFE una empresa de “clase mundial”?
La CFE se fundó el 14 de agosto de 1937 y hoy en día monopoliza la generación y suministro de energía eléctrica en el país, aunque no siempre fue así. En 2009, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el gobierno federal expropió “Luz y Fuerza del Centro”, una empresa privada que proveía de energía a la zona metropolitana del Valle de México, Hidalgo, Puebla y Morelos.
Ahora es la única que está autorizada para distribuir energía en todo el territorio nacional, pero en su historial cuenta con múltiples denuncias por mal servicio, un suministro deficiente, irregularidades en su administración, además del gasto que supone para el erario público.
Desde el 2020 al 2022, ya con el presidente Andrés Manuel López Obrador, la CFE tuvo un registro negativo de pérdidas netas. En 2022 el déficit económico de la paraestatal fue de 39,703 millones de pesos, una cifra sustancialmente menor si se compara con la del 2021, cuando perdió 106,260 mdp. En 2020 el número de las pérdidas se topó en 85,996 mdp.
2019 fue su último año “bueno”, cuando se registró un rendimiento superior a los 48,545 mdp. Para el 2023, la CFE tampoco fue capaz de reponer su rendimiento, ya que hasta el tercer trimestre del año pasado se dieron pérdidas de 1,568 mdp.
Todo lo anterior se da a pesar de que esta empresa recibe millonarios subsidios. Por ejemplo, en abril del 2023 la CFE recibió cerca de 6,700 mdp en subsidios por parte de la federación; sin embargo, esto no fue suficiente para cubrir las subidas en los precios del gas en 2021 y 2022, algo que termina por forzar los márgenes de la empresa e incrementa el apalancamiento.
Estos rendimientos y la necesidad de inyectarle más dinero se da con todo y el que le asignan en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). En 2019, el primer año de la 4T y el último año con buenos dividendos, la CFE recibió un total de 434,700 mdp, que se enfocaron principalmente en rehabilitar las plantas abandonadas de la comisión.
Para el 2020 el presupuesto siguió aumentando, pues se dieron 467,494 mdp para operación, distribución y generación. En 2021 la cifra fue aún más alta, ya que se dieron 571,237 mdp, mientras que en 2022 el presupuesto fue de 567,199 mdp, y para el año pasado, 2023, fue de 475,614 mdp, casi siempre registrando pérdidas.
El hombre a cargo es el expriista y otrora gobernador de Puebla, Manuel Bartlett Díaz, quien está a cargo de la CFE con el presidente López Obrador. En un inicio, arribó a la empresa con el anuncio de cancelar contratos con aquellas empresas que surten gas a la CFE si no bajaban sus tarifas.
A casi un año de su labor, en 2019 la comisión enfrentó escándalos por apagones en Yucatán, debido a la sobrecarga en la distribución. Este fue un problema que siguió en el 2020 y parte del 2021, ya que los apagones en distintas zonas del país no pararon. En noviembre del 2020, de hecho, una presa de la CFE tuvo fallas de operación y terminó por provocar inundaciones en 17 municipios de Tabasco.
Esto ha causado que los usuarios se manifiesten en reiteradas ocasiones por la ineficiencia del servicio. Lo más reciente ocurrió el pasado 5 de enero, cuando habitantes de La Paz, Baja California, se pronunciaron en contra de los cobros sobrevaluados que pretendían hacerles bajo el argumento de la temporada decembrina, en la que, en teoría, se consume más energía, aunque los registros no concordaban con las tarifas.
Por si lo anterior fuera poco, el dirigente de la CFE también ha estado envuelto en escándalos por supuesto actos de corrupción y opacidad. En 2019 se dio a conocer que escondió de su declaración patrimonial cerca de 12 empresas, unas del ramo energético y al menos 25 propiedades con valores acumulados de más de 800 mdp. Sin embargo, la Secretaría de la Función Pública lo absolvió de toda culpa.