Eventos astronómicos de enero 2024

Eventos astronómicos de enero 2024

Este año tendremos muchos eventos astronómicos interesantes, sobresaliendo el eclipse total de Sol del 8 de abril que será en visible en territorio nacional. Les deseamos lo mejor y en particular cielos despejados.

 

Para iniciar este año, en enero podremos remontar a 1610 cuando se empleó el primer telescopio para ver a Júpiter y a la Luna; también seremos testigos de una copiosa lluvia de meteoritos. Aprovechando las condiciones del cielo, les proponemos tomar un cuádruple reto en el mes: buscar, y observar, el Pesebre, la Gran Nebulosa de Orión, el Trío de Leo y la galaxia Bode. Y por supuesto que no podían faltar, para cerrar el primer mes, las efemérides lunares.

 

Los primeros objetos astronómicos vistos a través de un telescopio

 

¿Se pueden imaginar la emoción de observar, por primera vez, a través de un telescopio al gigante gaseoso, Júpiter, o a nuestro satélite natural, la Luna? El 7 de enero de 1610 Galileo apuntó su telescopio, de tan sólo unos pocos aumentos, hacia Júpiter y descubrió sus cuatro lunas más brillantes, Júpiter I, Júpiter II, Júpiter III y Júpiter IV, a las que hoy en día las conocemos como Ío, Europa, Ganimedes y Calisto. Ese mismo año, el propio Galileo apuntó su telescopio a la Luna, describiendo una superficie áspera con los cráteres, valles y cordilleras.

 

El próximo 18 de enero, durante la primera parte de la noche, podremos observar un acercamiento de estos dos increíbles objetos celestes, en dirección de la constelación de Aries.

 

¿Listos para pedir un deseo?

 

Es común, aunque erróneo, que a las lluvias de meteoros se le llame lluvias de estrellas; también es común, e igualmente erróneo, que a cada meteoro se le nombre estrella fugaz, sin embargo, si logramos observar alguna, acostumbramos pedir un deseo. Se cumpla o no, de cualquier forma, se trata de un fenómeno astronómico muy atractivo.

 

Una de las lluvias de meteoros más copiosas se presenta durante los primeros días del año, las Cuadrántidas. Aunque tienen actividad entre el 12 de diciembre y el 12 de enero, el máximo será en la madrugada del 4 de enero. La tasa máxima observable será de 120 meteoros por hora. El cuerpo menor 2003 EH1 y el cometa C / 1490 Y1 son los responsables de esta lluvia. Los meteoros parecen partir del extremo norte de la constelación del Boyero.

 

Un objeto clásico de la temporada

 

M44 o el Pesebre es un objeto que no debe faltar en la agenda de observación de enero. Este joven cúmulo abierto, con una edad estimada de 400 millones de años, consta de unas 200 estrellas, a 577 años luz de la Tierra, que se pueden encontrar en dirección de la constelación de Cáncer.

 

Se cree que, por su intenso brillo, el cúmulo habría sido identificado en la antigüedad por los romanos y los griegos que lo llamaban el Pesebre (Praesepe). Ya en el año 260 A.C., Eratóstenes y Aratos lo observaron y describieron como “una pequeña niebla”. Hiparco en el año 130 A.C., lo incluyó a su catálogo de estrellas y lo llamó “Estrella nublada”. Ptolomeo lo menciona como una de las siete “nebulosas” en su Almagesto. Galileo lo define como “nebuloso” con más de 40 pequeñas estrellas”. Charles Messier lo añadió a su catálogo como M44, en 1769.

 

Por su magnitud de 3.7 puede ser localizado con unos binoculares o un telescopio pequeño, en dirección de la constelación de Cáncer, hacia la parte este de la esfera celeste.

 

La más grande maravilla invernal

 

Una de las constelaciones más conocidas es, sin duda alguna, Orión. Esta región alberga una buena variedad de objetos celestes, que van desde nubes moleculares, nubes en emisión, estrellas de reciente formación, estrellas muy poco evolucionadas, estrellas muy evolucionadas y un sinfín de interesantes objetos celestes.

 

La espectacular Nebulosa de Orión es una nebulosa de emisión, cuyo centro se parece a una mariposa, visible a simple vista como una tenue mancha blanquecina en medio de la espada de Orión. A pesar de su brillo, no se sabe a ciencia cierta, quién la observó por primera vez, pero ya fue descrita por el astrónomo francés Nicolas-Claude Fabri de Peiresc en 1610, aunque se sabe que Galileo fue el primero en describir el famoso Trapecio de Orión. La nebulosa de Orión es un objeto realmente grande en el cielo, con una superficie de 66’ x 60’, es decir, cuatro veces la de la Luna Llena. Su diámetro lineal es de 30 años luz, y está relativamente cerca, a tan solo 500 parsec o 1270 años luz (1 parsec = 3.2616 años luz). Charles Messier la incluyó en su catálogo, en 1771, como el objeto número 42 (M42).

 

Tres fastuosas galaxias

 

El majestuoso Trío o Triplete de Leo está conformado por tres galaxias espirales M65, M66 y NGC 3628. Las galaxias M65 y M66 fueron descubiertas por Charles Messier, quien las catalogó en 1780, describiéndolas como “nebulosas muy tenues sin estrellas”.

 

M65 tiene el aspecto de una galaxia espiral “normal”, de tipo Sa, y parece no haber sufrido mucho la influencia de sus vecinas, presenta un pequeño núcleo central bien definido, y unos brazos espirales perfectamente enroscados, además de una banda de polvo muy nítida que separa el borde que nos mira de frente.

 

M66 es una galaxia espiral que presenta un bulbo central poco definido, con clasificación tipo Sb, con sus brazos espirales considerablemente deformados, contiene una gran cantidad de polvo, nebulosas y evidencia de formación de estrellas. Cabe mencionar que en M66 se han podido observar, recientemente, algunas supernovas: 1973R, de tipo II y de magnitud 15.0, descubierta en diciembre de 1973. 1989B, de magnitud 12.2, descubierta en 1989. Y 1997bs, descubierta en 1997, magnitud 17.0 y que fue clasificada de tipo especial IIn.

 

NGC 3628 muestra un disco galáctico grueso dividido por una franja oscura de gas y polvo, lo que le da una apariencia de una hamburguesa, por lo que es conocida popularmente así, como la galaxia de la Hamburguesa.

 

El campo de vision del Triplete es de unos 500 mil años luz y se localiza a una distancia de 35 a 45 millones de años luz, de nosotros. Se puede admirar con binoculares o con un pequeño telescopio, y si se desea mayor detalle, equipos con aperturas de 30 o 40 centímetros, son necesarios.

 

Una galaxia espiral

 

La galaxia M81, también conocida como NGC 3031 o la Galaxia de Bode, nombrada así en honor a Johann Elert Bode, quien la descubrió en 1774. M81 es una galaxia espiral ubicada a una distancia aproximada de 12 millones de años luz, con magnitud de 6.9, lo que la hace muy accesible para su observación, junto con su compañera, la galaxia M82, la cual se encuentra separada a unos 150,000 años luz. Se localiza en la constelación de la Osa Mayor y es relativamente fácil de encontrar con unos binoculares o telescopios pequeños. Para empezar a distinguir detalles de los brazos espirales se necesitan telescopios con aperturas mayores a 30 cm.

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