Ahora que está terminando el periodo de precampañas y que en algunos estados apenas iniciará, los simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador han repetido sus dichos y valores en varias ocasiones, uno de estos es el denominado “humanismo mexicano”. Si bien es algo que se dice una y otra vez, en pocos o nulos momentos se ha explicado a cabalidad a qué se refiere y qué implica.
En más de una ocasión, el presidente López Obrador ha hecho énfasis en que su gobierno se caracteriza por ser el más humanitario, razón por la cual el 27 de noviembre del 2022 afirmó que los entonces cuatro años de su mandato estuvieron marcados por el “humanismo mexicano”. A raíz de esto, tanto el mandatario como los candidatos de su partido, Morena, afirman seguir bajo dicha línea en el futuro.
Ahora la mayoría de los perfiles que buscan un puesto de elección popular refieren instaurar gobiernos basados en estos valores; el caso más destacado es el de la precandidata a la presidencia, Claudia Sheinbaum, pero también los aspirantes a las gubernaturas, como Alejandro Armenta en Puebla, y otros políticos aliados a Morena. ¿A qué se refiere el humanismo?
Existen múltiples definiciones de lo que es el humanismo y estas pueden variar de acuerdo con el momento histórico. En términos generales, este se define como una forma de pensamiento en la que se valora en primer lugar al ser humano y sus capacidades, poniéndolo en contra de la idea de que por encima de este hay un poder divino al que se debe subordinar.
Esta corriente filosófica se inició en Europa entre los siglos XV y XVI en Italia, específicamente en localidades como Roma, Florencia y Venecia, teniendo como principal eje los conocimientos de Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Este se expandió por el continente y con ello se rompieron dogmas como la idea de que sólo los nobles merecían educación, o de que la religión debía regir todos los aspectos de la vida.
A este momento histórico se le denominó “renacimiento italiano” o “renacimiento humanista”, que estuvo centrado principalmente en la cultura y las artes, para luego orientarse a los cambios radicales en la vida.
Se puso a un lado la divinidad y se adoptó una visión más antropocentrista en la que se ponía en el centro del mundo a la figura del ser humano. Asimismo, se priorizaba más el fomento a la ciencia, la fundación de universidades y se impulsó el crecimiento económico, político, filosófico y cultural de Europa.
Entre las principales características del humanismo se enlista la “virtud activa”, que alude a la idea de que la filosofía y la retórica pueden cambiar la forma de vivir en las ciudades reconciliando ideas opuestas. Por otra parte, también se apela al “humanitarismo”, un término que afirma que los seres humanos deben actuar por compasión y solidaridad hacia los demás, siempre buscando el bien común.
En aquel 27 de noviembre del 2022, el presidente hizo hincapié en que este modelo es lo que define a su gobierno, que se basa en el principio que ha señalado desde el principio: “por el bien de todos, primero los pobres”. Según el presidente, este sistema de gobierno pretende crear condiciones de vida para que la gente sea más feliz, sin pobreza y sin miedos.
Para esto, el humanismo mexicano busca fomentar el progreso con justicia, con una distribución equitativa de la riqueza, el aumento al salario mínimo, el reparto de utilidades y la creación de los programas sociales para el bienestar. El movimiento que augura el presidente y que los políticos de izquierda prometen prolongar, se inspira en los principios instaurados por Miguel Hidalgo, Francisco I. Madero y Benito Juárez.
¿Es el gobierno de AMLO humanista?
Por una parte, el propio mandatario se define como un humanista, algo que sostiene se cumple con sus políticas basadas en resarcir las desigualdades sociales y buscar el bienestar social. Aunado a esto, el mandatario basa parte de sus discursos en atender los problemas que aquejan de raíz a la población del país con programas de atención social en los que se pretende poner en primer lugar a las personas.
No obstante, también existen múltiples críticas a su administración porque no se llevan a cabo completamente dichos principios. Por ejemplo, hay quienes consideran que esto no se cumple a cabalidad porque no siempre se respeta la pluralidad de opinión, toda vez que desde el poder se señala a opositores y a periodistas que exponen los fallos de la administración.
Por otra parte, se ha puesto en tela de juicio que en este sexenio haya impulso al desarrollo científico o la ciencia, ya que se han aprobado leyes que debilitan a la academia mexicana y los organismos de ciencia y tecnología, como el CONAHCYT. En último lugar, hay señalamientos acerca del respeto a los derechos humanos de los mexicanos, pues en la actualidad la inseguridad sigue como uno de los principales problemas que día con día afectan a la gente y le impiden tener una vida en paz.