¿Se acuerdan cuando cada fin de mes nos formábamos en las gasolinerías para llenar el tanque porque sabíamos que al día siguiente habría gasolinazo? Durante los gobiernos de Fox y Calderón (2000-2012), el “gasolinazo” era el aumento mensual programado de las gasolinas, subía también el diesel, el gas y la electricidad. Con Peña Nieto (2012-2018) se liberó el precio y los aumentos eran diarios. La semana pasada, como buena noticia del año 2023, informábamos en esta columna que en promedio la gasolina aumentó sólo 3 centavos mensuales. Sin embargo, los primeros días de este año se hizo popular en redes la etiqueta #Gasolinazo porque la oposición se quejaba de un aumento, ¿hubo o no gasolinazo?
La respuesta es muy simple: no hubo gasolinazo. La noticia se difundió a partir de una nota que publicó el diario Milenio sobre el precio máximo alcanzado en una gasolinería del país que sobrepasaba los 28 pesos. Sin embargo, el precio promedio nacional se ha mantenido sin variaciones. Por ejemplo, en Puebla capital el precio máximo de la gasolina regular el día de ayer fue de $22.85 por litro, mientras que el mínimo fue de $15.34.
Cuando los derechistas que difundieron la noticia falsa (entre ellos la mismísima Xóchitl Gálvez) fueron evidenciados, recurrieron a la famosa arenga de ¡queremos gasolina a 10 pesos, López lo prometió! Se les olvidó que durante todo el periodo neoliberal dejamos de producir gasolina y perdimos la soberanía energética; también se les olvidaron lo que eran realmente los gasolinazos.
Para analizar el comportamiento de los precios de la gasolina en este sexenio hicimos dos ejercicios muy simples en economía. El primero es calcular los precios reales de la gasolina, es decir, quitarles el efecto inflacionario (deflactar). Con los precios reales se pueden construir números índice que nos indicarían si la gasolina ha subido con respecto al nivel de vida. Tomamos un punto base: noviembre de 2018, un mes antes del inicio del sexenio. La gráfica 1 muestra los resultados.
Elaboración propia con datos de CRE y SHCP
La línea roja muestra el índice igual a 100, si la línea azul se encuentra por encima quiere decir que el precio real aumentó más que el nivel de vida de la población, si está por debajo es que disminuyó. Con los precios promedio de estos tres días del año y con el nivel de inflación actual, el precio de la gasolina regular se encuentra 12 puntos por debajo del valor registrado en noviembre de 2018. Es decir, durante este sexenio la gasolina bajó 12% en términos reales. Esto nunca pasó en los más de 30 años de neoliberalismo.
El segundo ejercicio es medir el poder adquisitivo de los salarios con respecto a la gasolina, ¿cuántos litros de gasolina puedo comprar con el salario mínimo? La gráfica 2 muestra los resultados. Observamos que en noviembre de 2018 a un precio promedio de $19.90 por litro y con un salario mínimo de 88.36 pesos diarios, alcanzaba sólo para comprar 4.44 litros, es el valor más pequeño de la gráfica. En contraste, con el precio promedio de ayer de $22.72 por litro y con el nuevo salario mínimo, alcanza para 10.95 litros. Es decir: ¡en este sexenio, los salarios más que duplicaron su poder adquisitivo con respecto a la gasolina!
Elaboración propia
Lo anterior también se puede expresar en tanques de gasolina y días de trabajo, para que quede más claro: en noviembre de 2018, llenar un tanque de 40 litros implicaba 9 días de trabajo; en enero de 2024, llenar ese mismo tanque implica sólo 3.6 días de trabajo.
No se necesita ser economista para hacer estas cuentas, las familias lo viven en el día a día. Hoy los salarios alcanzan para más, en 2023 fuimos el único país de la OCDE que no perdió poder adquisitivo. ¿Por qué la oposición dice mentiras tan evidentes que pueden evidenciarse con facilidad? ¿Será su grado de desesperación? Difundamos la información real, es nuestra tarea para empoderar al pueblo.
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
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