Científicos argentinos utilizan energía atómica para esterilizar a mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue, zika y chikunguña, a modo de reducir la propagación de estos padecimientos entre su población.
Este procedimiento, conocido como técnica del insecto estéril, consiste en irradiar con rayos gamma a un grupo de machos, a los cuales luego se los libera. Estos bichos competirán con otros machos salvajes, pero los que consigan aparearse no fecundarán a las hembras, por lo que la población de mosquitos disminuirá poco a poco.
Durante 2023 en Argentina hubo más de 137.000 casos de dengue y 71 fallecidos por esta enfermedad, de acuerdo al Ministerio de Salud nacional.
Además, en 2016 hubo un importante brote de zika que llevó a los científicos a comenzar a usar este método para controlar la natalidad de los mosquitos, a los cuales se irradia en el Centro Atómico de Ezeiza, en Buenos Aires.
La técnica ya se había usado exitosamente en este país para el control de la mosca de la fruta. Fue concebida por el genetista ruso Alexander S. Serebrovsky en la década de 1940 y aplicada por el entomólogo estadoundense Edward F. Knipling en el decenio posterior para el control del gusano barrenador del ganado.
La ventaja de la técnica del insecto estéril es que no causa desequilibrios en el ecosistema y evita la exposición a toxinas que podrían desencadenar otras enfermedades.