Los cacerolazos, una forma de protesta popular que regresa a Argentina

Los cacerolazos, una forma de protesta popular que regresa a Argentina

Foto: Sergio F Cara, Xinhua

Desde el pasado miércoles 20 de diciembre, miles de argentinos han salido a las calles a protestar con cacerolas, ollas y otros utensilios de cocina contra el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que firmó el presidente Javier Milei, con el que desreguló la economía y eliminó o modificó más de 300 normas, entre ellas la ley de alquileres y el régimen laboral.

 

Esta peculiar forma de protesta es conocida mundialmente como el "cacerolazo" y su origen no es nuevo, por lo que ha sido retomado por los manifestantes que se han concentrado principalmente frente al Congreso y la Casa Rosada, sede del gobierno.

 

Los argentinos expresan de esta forma su rechazo a las medidas que consideran que afectan sus derechos y condiciones de vida, y exigen la renuncia de Milei y de su ministro de Economía, José Luis Espert.

 

El DNU de Milei, que se basa en los principios del liberalismo económico, busca eliminar las trabas burocráticas, los impuestos y las regulaciones que, según el gobierno, obstaculizan el desarrollo del país y la generación de empleo y riqueza.

 

Entre otras cosas, el decreto elimina el salario mínimo, el aguinaldo, las indemnizaciones por despido, las licencias por maternidad y enfermedad, las paritarias, los convenios colectivos y los aportes patronales, además establece la libre fijación de precios, la eliminación de subsidios y la apertura total al comercio exterior.

 

El gobierno de Milei argumenta que estas medidas son necesarias para salir de la crisis económica y social que arrastra Argentina desde hace años, y que se ha agravado por la pandemia del coronavirus. Según Milei, el DNU busca "liberar las fuerzas productivas" y "devolverles el poder a los ciudadanos".

 

Sin embargo, la oposición, los sindicatos, los movimientos sociales, las organizaciones de derechos humanos y gran parte de la ciudadanía rechazan el DNU por considerarlo inconstitucional, autoritario e ilegítimo, ya que no fue consultado ni aprobado por el Congreso.

 

Además, lo acusan de ser un "ajuste brutal" que beneficia solo a los sectores más ricos y poderosos, y que profundiza la desigualdad, la pobreza, la precarización y la exclusión.

 

¿De dónde viene el cacerolazo?

 

Los cacerolazos, que se han repetido por tres noches consecutivas, han sido acompañados por otras formas de protesta, como marchas, cortes de calles, barricadas, quema de neumáticos y enfrentamientos con la policía, que ha reprimido con gases lacrimógenos, balas de goma y detenciones.

 

Los cacerolazos no son una novedad en Argentina, sino que tienen una larga tradición como forma de expresión popular.

 

El primer cacerolazo registrado en el país se produjo en 1982, durante la dictadura militar, en reclamo de alimentos y trabajo.

 

Luego, se repitieron en distintos momentos de la historia, como en 2001, cuando la crisis económica y el "corralito" bancario provocaron la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, o en 2008, cuando el conflicto con el campo por las retenciones a las exportaciones agropecuarias enfrentó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el sector rural.

 

Los cacerolazos también se han extendido a otros países de América Latina, como ChileVenezuelaColombiaEcuador y Brasil, donde han servido para expresar el descontento social con distintos gobiernos y políticas.

 

En México, sin embargo, esta forma de protesta no ha tenido mucha repercusión, salvo algunos casos aislados, como el que se hizo en 2017 contra el aumento de la gasolina, conocido como el "gasolinazo".

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