Desde 13 de marzo del 2013, y tras la renuncia de Benedicto XVI, llegó al máximo cargo al interior de la iglesia católica el papa Francisco, cuyo nombre real es Jorge Mario Bergoglio, oriundo de Buenos Aires, Argentina. En estos diez años, el sumo pontífice ha sido uno de los más polémicos y, al mismo tiempo, uno de los más distinguibles en comparación con lo hecho por sus antecesores.
Justamente ayer, el papa Francisco firmó una resolución emitida por el Vaticano en la cual se permite a los sacerdotes de todo el mundo bendecir la unión entre parejas del mismo sexo y a las que no están formalizadas, es decir, lo que se conoce como “unión libre”; no obstante, todavía dejan en claro que estos casos no son iguales a la institución que representa el matrimonio.
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Su llegada siempre se vislumbró como la de una persona con corte más progresista, pero con este perfil ha sido objeto de críticas por quienes consideran que se rompe con los valores de la iglesia. Esta no sería la primera ocasión en que el papa Francisco despierta quejas o, por el contrario, se vuelve motivo de reverencia por sus actos de humildad y empatía con sus fieles.
Más austeridad y adiós a los lujos
Apenas iniciada su gestión al frente de la iglesia católica, el papa Francisco mostró varios cambios sustanciales, entre los que se enlista el reemplazo del ostentoso trono de oro que usaba Benedicto XVI, por un sillón blanco más austero. Esto marcó la línea por la que se manejaría, de sencillez y humildad sin los grandes artículos onerosos que usaron sus antecesores.
Además del trono, también se rehusó a ponerse el calzado hecho a la medida con cuerno rojo, y en su lugar diariamente se ven pares, aparentemente, más sencillos y menos costosos. En suma, también cambió el codiciado “Anillo del Pescador”, ya que este pasó de estar hecho de oro macizo a ser forjado de plata dorada.
Apertura y trato con la diversidad sexual
Uno de los temas más ríspidos para la iglesia ha sido la relación con la diversidad sexual, toda vez que siempre se habían mostrado renuentes a darles apertura, algo que, en cierto modo, cambió con la llegada de Francisco. Aparte de la polémica por la bendición a parejas homosexuales, también sentó un precedente al afirmar que, si bien aún lo consideran un pecado, la homosexualidad no debe juzgarse como si de un delito se tratara.
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Aunado a esto, en reiteradas ocasiones ha llamado a la comunidad LGBT para que se acerquen a la iglesia, asegurando que si bien no dan apertura a su matrimonio, sí tienen las puertas abiertas para buscar a dios sin impedimento. En 2016 declaró que “Dios ama a todas sus criaturas y estamos destinados a recibir su amor infinito”, refiriéndose a que la gente no debe ser definida únicamente por sus preferencias.
Disculpas por los actos atroces cometidos por la iglesia
Otra cuestión es que el 26 de julio del 2022, durante su gira por Canadá, el papa hizo lo que ninguno de sus antecesores se había atrevido: ofreció una disculpa a nombre de la iglesia hacia los pueblos indígenas originarios de Canadá. El motivo de esto fue que la iglesia católica tuvo un papel importante en su asimilación forzada a una sociedad cristiana que también implicó la destrucción de su cultura.
Todo lo anterior incluyó la separación de miles de niños indígenas de sus madres y su internamiento en los centros de la iglesia, en los que en años recientes se han descubierto fosas con cientos de cuerpos de menores que exhiben haber sido víctimas de abusos y violencia física, lo que fue considerado como un genocidio.
Esta fue la primera disculpa por los actos de la iglesia, pero en 2015 durante uno de sus viajes a Bolivia también pidió perdón a los pueblos indígenas por los pecados cometidos en la época de la conquista europea.
Su postura frente a los abusos por parte del clero
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Sin duda alguna, uno de los motivos por los que más se critica a la iglesia son los constantes casos de abusos cometidos por curas y sacerdotes en contra de menores. Sobre esto, la llegada se anunció como una época en la que habría “tolerancia cero” a estos abusos, algo que no se ha cumplido completamente, pues se sigue encubriendo a pederastas.
En algunos casos, como el del obispo chileno Juan Barros, él mismo lo defendió a pesar de los escándalos de abusos que suscitaban y que en 2018 le costaron el repudio de los chilenos en su visita al país. Sin embargo, el Pontífice rectificó y ordenó la expulsión de este y otros miembros del clero en Chile.
A día de hoy, el papa Francisco sigue pregonando con la cero tolerancia ante los abusos de sacerdotes, reafirmando sus dichos con las expulsiones de miembros del clero en Chile, pero también en Argentina y otros países.
