Trabajo sexual, ¿realmente es el oficio más antiguo del mundo?

Trabajo sexual, ¿realmente es el oficio más antiguo del mundo?

Foto: FreePik

Hoy se cumplen 20 años desde que se instituyó el Día Internacional para Poner Fin a la Violencia Contra las Trabajadoras Sexuales, una iniciativa que nació a raíz de los abusos y actos violentos que sufrían las trabajadoras en la ciudad de Seattle, entre los ochenta y noventa. Estos fueron perpetrados por el “asesino de Green River”, quien terminó con la vida de 49 mujeres con el fin de “limpiar las calles”.

 

Durante mucho tiempo ha habido un debate en torno a la consideración de este oficio como un trabajo verdadero, a pesar de que comúnmente se le conoce como “el oficio más antiguo del mundo”. Más allá del reconocimiento como trabajo, están los mitos y creencias sobre su antigüedad, algo que se ha implantado entre la población, pero no siempre se comenta qué tan real es.

 

En el mundo hay labores tan antiguas como la agricultura, la pesca y la cría de animales, que resulta complicado determinar verdaderamente cuál fue la primera de la humanidad; sin embargo, el trabajo sexual ocupa un lugar singular en la historia y hay cuestionamientos acerca de sus inicios.

 

El término proviene de la palabra del latín prostituere, que significa “exhibir para la venta”, pero no fue sino gracias al historiador Seutonil de la antigua Roma que se le dio una connotación más hacia exhibirse para los placeres carnales. Luego salieron términos como “loba”, para referirse a las prostitutas que ejercían con sacerdotes Luperci, en honor al dios romano Fauno Luperco. “Rameras” era la palabra que se adjudicaba a los lugares donde colocaban ramos para ofrecer el servicio.

 

Propiamente hablando del origen de este mito, muchos se lo adjudican al autor Rudyar Kipling, quien en una de sus obras de 1888, titulada “En la muralla”, relata la historia de una prostituta de nombre “Lalun”, quien se etiqueta como parte de la profesión más antigua del mundo. Ella confiesa que su tatarabuela fue “Lilith”, una mujer considerada en algunos textos hebreos y judíos como la representación de la lujuria y el pecado, cuya existencia precede incluso a la de Eva.

 

 

De acuerdo con varios textos judíos, Lilith no fue creada a raíz de la costilla de Adán, sino que fue hecha al mismo tiempo, por lo que siempre se consideró su igual y nunca demostraba sumisión, lo que dio como resultado que fuera desterrada para dar paso a la creación de Eva. Lilith pasó a ser retratada como un demonio cuyo único fin es la seducción de hombres al pecado.

 

Sin embargo, hay quienes acuñan la creación de Lilith desde la tradición de Mesopotamia, donde la erigen como un demonio de aspecto femenino que pretendía entrar a las habitaciones de los hombres para seducirlos y aprovecharse de ellos. Fue representada como una mujer solitaria, sin pareja e incapaz de procrear vida.

 

Esta teoría de que Lilith fue la primera en ejercer la prostitución ha sido contradicha por aquellas personas que afirman que, al mismo tiempo de que se dio el destierro de Adán y Eva de Edén, surgió el oficio más antiguo: la sastrería. Dado que estaban por el mundo completamente desnudos, al ser desterrada, la pareja se vio en la necesidad de confeccionar sus primeros “atuendos”, taparrabos hechos de hojas de árbol, pero que al final representan el primer trabajo.

 

Por otra parte, hay quienes acuñan el nacimiento de este oficio al año 3,000 antes de Cristo en la antigua Babilonia, donde llevaba a cabo la llamada “Prostitución Sagrada”, que se hacía como homenaje a la diosa Milita. En aquella época, las mujeres tenían la obligación de ir al santuario de la diosa para ofrecer su cuerpo a los extranjeros, a fin de demostrar su hospitalidad, al menos una vez en la vida.

 

Otra teoría coloca el trabajo sexual en la antigua Sumeria con Inanna, diosa de la sensualidad y la belleza, la protectora de las prostitutas en lo que era otra forma de prostitución sagrada. La diosa tenía a múltiples sacerdotisas que, a modo de agradecimiento, debían pagar con sexo a todo aquel que les dejara una ofrenda en el templo.

 

Aunque haya discrepancias acerca de cuál es realmente el oficio más antiguo, lo más aceptado en torno al origen de la prostitución es la Prostitución Sagrada cuya finalidad, más que una forma de trabajo, tenía fines espiritistas. Esto contribuyó a crear una denotación negativa hacia las mujeres, pues se les veía como el motivo de perdición para los hombres, por la que empezó a señalarse a quienes la hicieran.

 

Naturalmente, con el paso de los años cambió la forma en que se efectúa este trabajo y en nuestros tiempos obedece más a una forma de ganarse la vida que no está regulada en muchos países del mundo, pues al contrario, muchas mujeres que se dedican a esto son perseguidas o señaladas por las autoridades.

 

En lugares como Países Bajos, Australia, Alemania y Nueva Zelanda la prostitución es algo completamente legal y regulado con estándares que varían, pero que aun así permiten esta actividad. Por el contrario, en México no está concretamente prohibido, pero tampoco hay normas que detallan su legalidad.

 

Hoy en día, las trabajadoras sexuales están expuestas a la violencia de género, pues al ser una actividad mal vista, ya no se les tiene la misma consideración que con la Prostitución Sagrada. Violencia de género, abusos por parte de las autoridades, falta de acceso a servicios de salud y otros derechos laborales, así como extorsión, son parte de los problemas a los que se enfrentan en su día a día.

 

El principal reto al que se enfrentan hoy en día es la estigmatización por parte de la sociedad, pues hoy las trabajadoras sexuales no son reconocidas como tal.

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