Además de presentar un riesgo para la salud, los vapeadores tienen un importante impacto medioambiental, sobre todo en sus presentaciones desechables. Según la organización no gubernamental (ONG) Greenpeace, los residuos de los vapeadores desechables podrían llenar 22 campos de futbol cada año. Asimismo, la ONG resalta que debido a la forma de su fabricación, estos dispositivos resultan prácticamente imposibles de reciclar.
“Un mercado lleno de productos de un solo uso no es sostenible", señala Greenpeace, "hay que producir plástico, extraer materiales, enviarlo y empaquetarlo para venderlo, y luego tenemos que lidiar con los desechos".
Incluso si el reciclaje de los vaporizadores desechables fuese más accesible, los sistemas de gestión de residuos no serían capaces de manejar las grandes cantidades de estos dispositivos desechados cada día, asegura. En cuanto al impacto de su manufactura, las emisiones asociadas con estos dispositivos oscilan entre las 3 mil y 4 mil toneladas de CO2, según cálculos del gobierno escocés.
Por otro lado, la organización australiana Positive Choices señala el impacto de los desechos electrónicos de los vapeadores, como placas de circuitos y baterías de iones de litio. Cuando no se desechan apropiadamente, estas baterías pueden provocar incendios o contaminar el medio ambiente con metales pesados, que pueden filtrarse en el suelo y llegar a aguas subterráneas, ríos y lagos. Esto tiene efectos adversos en la salud humana, añadida a otras formas de contaminación asociada a la obtención de litio para producir baterías.
Greenpeace considera también que la utilización del litio para dicho propósito constituye un desperdicio de recursos, particularmente por la utilidad de este mineral en temas de transición energética. En este sentido, una investigación de la University College London y la Universidad de Oxford encontró recientemente que estas baterías se desechan mucho antes de cumplir su ciclo de vida. Según el estudio publicado en la revista Joule, a una tasa de carga y descarga baja, estas podrían reutilizarse más de setecientos ciclos con más del 90 por ciento de retención de capacidad.
Finalmente, el líquido de los vapeadores puede escaparse cuando se desechan, dañando el medio ambiente, advierte Positive Choices. Cabe destacar que entidades sanitarias han detectado la presencia de más de 30 sustancias químicas nocivas no declaradas por los fabricantes en los vapeadores.
Asimismo, la nicotina y las sales de nicotina resultan venenosas para los peces y otras formas de vida acuática, incluso pueden contaminar el agua potable. De esta forma, el daño de los vapeadores desechables trasciende la salud individual de quien los consume, con un impacto medioambiental significativo. (NotiPress)