El problema del sobrepeso cobra cada vez más importancia en el mundo. Por ello, los científicos intentan desarrollar fármacos que puedan ayudar a combatir la obesidad, muchos de los cuales han tenido un éxito considerable. Pero, ¿qué le ocurre al organismo tras dejar de consumirlos? Un nuevo estudio lo revela.
Un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association confirma que gran parte del peso se recupera, lo que indica que los pacientes pueden quedar atrapados en una dependencia a largo plazo de los fármacos.
La investigación se basó en inyecciones semanales de tirzepatida, el compuesto del nuevo adelgazante de Eli Lilly, Zepbound, aprobado por Estados Unidos en noviembre.
Al cabo de 36 semanas, 670 adultos lograron una notable pérdida media de peso del 20,9%. A continuación, el grupo se dividió en dos: la mitad siguió tomando Zepbound y la otra mitad recibió un placebo.
A las 88 semanas, los que tomaron el placebo recuperaron casi la mitad del peso perdido y acabaron un 9,9% por debajo de su peso inicial. Los que tomaron Zepbound siguieron adelgazando y acabaron un 25,3% por debajo de su peso inicial.
Se animó a todos los participantes a consumir 500 calorías menos al día de las que quemaban y a hacer al menos 150 minutos de ejercicio a la semana.
"En los participantes con obesidad/sobrepeso, la retirada de tirzepatida condujo a una recuperación sustancial del peso perdido, mientras que la continuación del tratamiento mantuvo y aumentó la reducción de peso inicial", escriben los autores en su artículo.
Según el estudio, los efectos secundarios más comunes fueron problemas gastrointestinales como náuseas, diarrea, estreñimiento y vómitos.
Los autores del estudio, dirigidos por Louis Aronne, de Weill Cornell Medicine, Nueva York, afirmaron que los resultados "subrayan la necesidad de continuar la farmacoterapia para prevenir la recuperación de peso y garantizar el mantenimiento de la reducción de peso".
"Los pacientes, los proveedores y el público en general no siempre entienden que la obesidad es una enfermedad crónica que a menudo requiere un tratamiento continuado, lo que puede significar que el tratamiento se interrumpa una vez alcanzados los objetivos de peso", afirmó en un comunicado el doctor Jeff Emmick, vicepresidente senior de desarrollo de productos de Lilly.
Aunque las tasas de problemas graves como la parálisis estomacal son bajas, algunos expertos temen que el uso de los fármacos durante años o décadas pueda cambiar el cálculo entre beneficio y riesgo.