Hace un año, el estado de Puebla se quedó nuevamente sin gobernador debido a la muerte de un mandatario: la segunda en el mismo sexenio, recordando lo sucedido en diciembre del 2018. La repentina muerte de Luis Miguel Barbosa el 13 de diciembre del 2022 conmocionó a toda la entidad, pero también significó una serie de cambios para la política poblana.
Miguel Barbosa falleció en un hospital en la Ciudad de México, tras unos días de complicaciones médicas que inclusive ya se notaban en sus últimos momentos en el cargo. Ello dejó como principal y más notable modificación la llegada del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien se ha caracterizado por ser un perfil más conciliador.
Aunado al cambio del mandatario, también se dio la salida del grupo en el poder que acompañaba a Miguel Barbosa, el denominado “barbosismo”, conformado por su gabinete y políticos más cercanos. Esto también cimbró el panorama electoral que se avecina en 2024, pues se cerró la posibilidad de que este grupo volviera a tomar el poder.
Lo que más ha se ha notado desde el fallecimiento de Barbosa, con el relevo de Sergio Céspedes, es el cambio en la clase política del gobierno estatal. La primera variación se vio en Gobernación, pues Ana Lucía Hill fue relevada para darle paso a Julio Huerta Gómez, primo de Miguel Barbosa, quien renunció para contender por la candidatura a la gubernatura y ahora el secretario es Javier Aquino Limón.
La segunda alteración más relevante fue en el área de Comunicación Social, pues a inicios de febrero Céspedes anunció la salida de Verónica Vélez Macuil, quedando en su lugar a Alejandro Suárez.
Otros cambios fueron en Economía, Salud y Bienestar, dependencias que estaban con Olivia Salomón, Antonio Martínez y Liz Sánchez, respectivamente; todos se fueron aspirando a la gubernatura, pero nadie lo logró. Desde entonces, los titulares son Emilio Barrera, Araceli Soria y Elsa Ruiz.
A ellos también se sumó la salida de María Teresa Castro Corro, exsecretaria de Planeación y Finanzas, tras dar a conocer el hoyo financiero de 2,720 millones de pesos y la fallida inversión de 600 millones en el banco Acceso.
La llegada de Céspedes Peregrina como gobernador también dio pie a cambios en el Legislativo, ya que en ese momento él fungía como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), puesto que recayó en el diputado de Morena, Eduardo Castillo López.
Todo lo anterior significó un cambio en el panorama electoral de Puebla para las elecciones del próximo año. Con la salida de los “barbosistas” del gobierno, la mayoría se fue con la intención de prolongar la estadía del grupo en el poder y conseguir que al menos uno fuera el candidato o la candidata en 2024, pero ninguno logró un buen posicionamiento.
Esto propició que, en su lugar, los grandes ganadores fueran políticos que en su momento tuvieron confrontaciones directas con Miguel Barbosa. El virtual candidato de Morena a la gubernatura es el senador Alejandro Armenta Mier, mientras que el segundo mejor posicionado y con la primera fórmula al Senado es el diputado Ignacio Mier Velazco.
Tras sus intentos de llegar al Ejecutivo, ninguno de los exsecretarios regresó a sus antiguos cargos y, en los hechos, son pocos los funcionarios del último gabinete de Barbosa Huerta que continúan en labores.
Todo lo anterior se conjuga con el papel del gobernador Sergio Céspedes, quien ha laborado con el emblema de ser reconciliador y cercano a todos los sectores de la política poblana. Durante los tres años de funciones de Miguel Barbosa, se comentó que había un ambiente de confrontación, polarización y persecución, pero tras su partida el ambiente ya es distinto, no solo con los opositores políticos, sino también con otros sectores como la prensa.
Esta combinación de factores dio como resultado que la aceptación del gobierno poblano cambiara, ya que en los últimos meses de Barbosa su evaluación lo ubicaba casi al final de los peor evaluados. En contraste, en un año Sergio Céspedes se posicionó como uno de los diez gobernadores mejor evaluados de todo el país.