En un estudio reciente de la Universidad de Berkeley, investigadores recabaron evidencia para demostrar que la actividad volcánica de las Trampas del Decán contribuyó a la extinción de los dinosaurios. Inclusive, sostienen, las condiciones climáticas causadas por el vulcanismo de dicha región hubieran mermado la población total de la especie del Cretácico, aunque no hubiera caído el meteorito Chicxulub.
Según la investigación publicada en Science, la extinción de los dinosaurios no aviares y de 60% de la fauna marina se vio impulsada tanto por el vulcanismo de las trampas de Decán como por el impacto de un asteroide. Los cambios climáticos mencionados entre el período Cretácico y el Paleógeno fueron desencadenados por la voluminosa actividad volcánica de los cráteres de la denominada trampa de Decán o Gran Provincia ígnea (LIP). Los cuales se ubicaban en lo que actualmente es India y Seychelles.
Dichas alteraciones climáticas se generaron por la desgasificación volcánica y la producción de cenizas. Según el estudio, la liberación volcánica de azufre y halógenos produjo estrés atmosférico. Aunque no se ha determinado el alcance temporal y espacial de las descargas y desplazamiento volátil, se sostiene que este causó estragos en ecosistemas globales.
Respecto a esto, surgen dos propuestas, la primera defiende, el vulcanismo de Decán por sí mismo indujo la extinción masiva de especies y el impacto de Chicxulub exacerbó las consecuencias en el ecosistema. La segunda hipótesis sostiene que tras el impacto del asteroide, el efecto invernadero provocado por la desgasificación de las Trampas del Decán derivó en un invierno global. El cual mermó la población total de dinosaurios terrestres.
Aunque la investigación no proporciona una respuesta definitiva, hace énfasis en el potencial que las condiciones derivadas de la actividad volcánica de Décan se hubieran amplificado hasta principios del período Paleógeno, afectando a mamíferos y especies marinas. (NotiPress)