Surgió una nueva modalidad de estafa que utiliza la reputación de actores de Hollywood como Denzel Washington o Hugh Jackman para pedir dinero con la excusa de recaudación de fondos benéficos. Esta es una versión más elaborada del conocido “romance scam” o timo del amor, que implica que los estafadores se hagan pasar por celebridades, establezcan una relación de confianza con la víctima y luego solicitarles dinero.
El fraude comienza con solicitudes de amistad en redes sociales como Facebook o Instagram, donde los estafadores crean perfiles falsos imitando a personalidades famosas. Tras iniciar conversaciones en estas plataformas, el engaño se traslada al correo electrónico, generalmente a través de Gmail, para aumentar la credibilidad del fraude.
El estafador, haciéndose pasar por el actor, solicita donaciones para supuestas organizaciones benéficas vinculadas a la celebridad. Comenzando con sumas pequeñas, entre 3,770 y 13,195 pesos, y posteriormente propone un encuentro personal, complicando aún más la estafa.
En esta fase, el estafador guía a la víctima hacia un falso representante personal del actor, ofreciendo opciones de contacto a través de aplicaciones como Meeting, Meeting Plus o Private Meeting. La opción más costosa, Private Meeting, requiere un pago de alrededor de 67,860 pesos y promete una cita personal con la celebridad. Sin embargo, después del pago, la cita se pospone con diversas excusas, como compromisos de rodaje o asuntos personales, incluso llegando a simular un proceso de divorcio.
La relación se vuelve secreta en ese momento, y el estafador alega que necesita dinero sin que su “esposa” lo sepa, solicitando a la víctima transferencias a cuentas falsas a nombres del actor. Aunque se diferencia del típico timo del amor, los estafadores insinúan que la relación puede evolucionar hacia lo sentimental, utilizando la colaboración en obras benéficas como pretexto y la situación de divorcio del actor como cebo.
Las víctimas reportadas en esta modalidad de estafa rondan entre los 45 y los 61 años; sin embargo, se cree que hay muchas víctimas más que no reportaron el delito por vergüenza.