Este tipo de flujos se conocen como corrientes estelares y con una longitud de 1,7 millones de años luz, la recién bautizada Corriente Gigante de Coma es la más larga jamás antes vista. Y eso no es todo: el tenue flujo es el primero de su clase observado fuera de una galaxia, afirma nuevo estudio.
El Cúmulo de Coma es un gran cúmulo galáctico formado por miles de galaxias situadas a una distancia de unos 300 millones de años luz de la Tierra, en dirección a la constelación septentrional de Coma Berenice.
De acuerdo con el informe, publicado en Astronomy & Astrophysics, el descubrimiento de ese nuevo corriente fue "una gran sorpresa", ya que en un entorno tan dinámico y gravitatoriamente complejo como un cúmulo de galaxias, "no se espera que algo tan tenue como una corriente estelar dure mucho tiempo".
En palabras del astrofísico observacional Javier Román, de la Universidad de Groningen, Países Bajos, y la Universidad de La Laguna, España, "esta gigantesca corriente se cruzó en nuestro camino por casualidad" cuando los científicos "estaban estudiando halos de estrellas situados alrededor de grandes galaxias".
Los halos estelares son bastante comunes en la Vía Láctea, pero son difíciles de identificar; la agrupación de las estrellas no es evidente a primera vista, ya que las distancias a las estrellas son muy difíciles de medir y las corrientes son bastante débiles.
“Este tipo de corrientes estelares extremadamente débiles y de morfología fina han sido detectadas hasta ahora solo en entornos del grupo local, es decir, en nuestra galaxia y en galaxias cercanas, pero es la primera vez que se detecta algo así en un cúmulo de galaxias, siendo también la mayor detectada hasta la fecha”, señaló Román.
En el espacio intergaláctico, esa fragilidad también hace que las asociaciones de objetos sean difíciles de detectar. El vacío está lleno de objetos muy brillantes; cuanto más tenue es algo, "más probable es que no lo veamos", explican los astrofísicos.
Sin embargo, en los últimos años, la tecnología de los telescopios y las técnicas analíticas han revelado más cosas débiles de las que hemos podido identificar en el pasado, y este es el mismo caso de la Corriente Gigante de Coma.
Vista general de la Corriente Gigante de Coma y su ubicación en el Cúmulo de Coma
Román y sus colegas utilizaron el telescopio Jeanne Rich de 0,7 metros y el telescopio William Herschel de 4,2 metros para buscar estructuras débiles dentro del Cúmulo de Coma, un cúmulo que contiene miles de galaxias conocidas.
Conforme con Ignacio Trujillo, el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias que también ha participado en el estudio, la nueva estructura descubierta es tan descomunal que "es difícil no quedarse maravillado" con ella.
“Una estructura así es una oportunidad única para estudiar si la materia oscura se agrupa en halos, tal como predice la teoría de la materia oscura fría, ya que dichos halos, de existir, generarían huecos al atravesar la corriente de estrellas. De momento no los hemos visto, pero es el siguiente objetivo a investigar”, concluyó.
La Corriente de la Coma Gigante también sugiere que podrían encontrarse estructuras similares en otros cúmulos. Los investigadores esperan utilizar telescopios más grandes para observar más de cerca estas enormes aglomeraciones y descubrir qué otros secretos se han pasado por alto, resume el estudio.