Ahorrar o pedir un préstamo, ¿qué me conviene más para vacacionar?

Ahorrar o pedir un préstamo, ¿qué me conviene más para vacacionar?

Foto: Unsplash

Ya estamos en diciembre, la época en la que los estudiantes y la mayoría de los trabajadores tienen un periodo de vacaciones, lo que se presta para salir de casa y visitar otros lugares; sin embargo, para muchas personas esto supone un gasto importante que solo pueden cubrir de dos maneras: pidiendo un préstamo o ahorrando por semanas, incluso meses, para costear las vacaciones.

 

Esta época del año es cuando las familias mexicanas se disponen más a conocer otros lugares y relajarse luego de meses de trabajo, justo para cerrar el año. Para muchas personas las vacaciones son más bien un lujo que no pueden pagar, pues esto incluye costos como traslados, hospedajes, comidas y actividades recreativas que enriquezcan la experiencia.

 

También es importante tomar en cuenta que este tipo de gastos varían dependiendo del destino escogido, ya que no es lo mismo pagar un boleto de avión o autobús a un sitio nacional, que a uno en el extranjero. En este sentido, los mexicanos tienen que planear con antelación sus vacaciones y elegir si les conviene más ahorrar o solicitar un préstamo ante una institución financiera.

 

¿Cuánto tendría que ahorrar?

 

Hay que considerar que en México el ahorro es algo poco viable para muchas personas, ya que según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) del 2021, en el país el 31 % de los habitantes no pueden ahorrar, es decir, cerca de 33’272,698. Ahora bien, las personas que sí pueden hacerlo tienen que considerar los costos que implica vacacionar.

 

De acuerdo a la plataforma financiera “Mejortrato.com”, los países en los que más interesan en visitar los mexicanos son Estados Unidos, España y Francia, la mayoría con costos elevados de traslado, hospedaje, comida y compras. La misma página afirma que un viaje de siete días a Estados Unidos costaría en 2024 un promedio de 800 a 1,500 dólares al día, de 13,749 a 25,780 pesos mexicanos.

 

Si se considera que una familia promedio está comprendida por cuatro miembros, un viaje a Norteamérica tendría un costo de 54,996 a 103,120 pesos. ¿Cuántos salarios tendría que ahorrar una persona? Tomando en cuenta que el salario mínimo en nuestro país es de 207.44 pesos diarios, una persona o familia entera tendría que juntar un aproximado de 265 a 497 días de salario mínimo.

 

Por otra parte, un viaje a Europa, a Francia puntualmente, significa en enero del próximo año un desembolso de 800 a 1,200 dólares al día, entre 13,749 y 20,624 pesos diarios. Por cuatro, esto sería un pago total de 54,996 a 82,496 pesos mexicanos. Para costearlo, una familia o persona tendría que ahorrar entre 265 a 397 días de salario mínimo.

 

En cuanto a los destinos nacionales, estos pueden ser significativamente más baratos, ya que son gastos que se dan en moneda nacional. Un viaje redondo a una playa en Veracruz, por ejemplo, costaría cerca de 9,335 pesos, lo que en salarios mínimos diarios sería equivalente a 45 veces su valor.

 

¿Qué tan conveniente es pedir un crédito?

 

En la actualidad ya existen diferentes planes de financiamiento para vacaciones, los cuales se pueden pagar en varias modalidades. Para un viaje para el extranjero que puede costar más de 100,000 pesos existen plataformas como “Kubo Financiero”, que da un crédito en el que se tendrían que pagar 5,998 pesos por 36 meses, lo que significaría un pago final, ya con intereses, de 215,928 pesos.

 

Si se escoge un modo de viaje más austero también se conceden préstamos menores, como los de 50,000 que ofrece la misma página. Con esta cantidad se pagarían hasta 2,999 pesos al mes por un lapso de 36 meses, por lo que al final se pagarían cerca de 107,964 pesos por el préstamo.

 

Al final, en cuanto al tiempo que se pagaría y el desembolso que se tendría que hacer mensualmente, un préstamo sería un gasto similar al de ahorrar por meses. La decisión final, entre ahorrar por mucho tiempo o pedir fuertes cantidades de dinero, se tiene que tomar haciendo una planeación a futuro en la que se tome en cuenta la situación económica y las posibilidades, para que al final las vacaciones sean una verdadera relajación y no una preocupación.

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