La Estación Espacial Internacional informó sobre diversos experimentos de microgravedad que investigan cómo el cuerpo humano se adapta a la ingravidez y las formas de vivir y trabajar fuera de la Tierra. Con 70 miembros de la tripulación en la expedición, también continuaron preparándose para una misión de carga y luego realizaron un simulacro de emergencia.
Sin embargo, el estudio que llamó más la atención fue una investigación sobre el envejecimiento a bordo del laboratorio orbital. Donde la astronauta de la NASA, Jasmin Moghbeli procesó muestras dentro del módulo del laboratorio Kibo para el estudio Space AGE.
Este trabajo de biología se llevó a cabo en la Life Science Glovebox de Kibo y puede proporcionar mejores conocimientos sobre el proceso de envejecimiento de las células y sus efectos. Asimismo, tiene la intención de otorgar más información sobre los mecanismos de las enfermedades tanto en la Tierra como en el espacio, afirmaron los expertos.
Adicionalmente, en el módulo del laboratorio Columbia, la ingeniería de vuelo de la NASA, Loral O’Hara, configuró y utilizó equipo médico portátil para monitorear la presión arterial para el estudio de investigación. Todo ello se realizó al mismo tiempo que otras actividades de investigación, incluida la inspección del hardware de detección microbiana y calibración de componentes dentro del bastidor integrado de combustión.
Para lograr este análisis, Andreas Mogensen comenzó el día documentando sus reacciones ante un nuevo sistema de iluminación, el cual puede ayudar a los astronautas a mantener sus ritmos cardiacos. Igualmente, tiene la intención de demostrar las reacciones de este mismo padecimiento en el espacio exterior a través del software experimentado tecnológico, desarrollado por la Agencia Espacial Europea.
En noviembre de 2022, la NASA publicó una investigación sobre los efectos que ocasiona a la salud humana viajar al espacio. Según el informe, el estudio proporcionó resultados valiosos sobre el daño fisiológico y psicológico en los astronautas.
De acuerdo con los resultados, la radiación es un factor que puede dañar la salud física de los astronautas, pues son expuestos a niveles muy altos de la misma, a pesar de tener trajes especializados para soportar la radiación. En el aspecto psicológico, el aislamiento y el confinamiento puede ocasionar en los expertos fatiga, estrés, depresión, entre otros problemas psicológicos.
Ahora, en la próxima misión espacial, la tripulación realizará un viaje de dos días al laboratorio orbital, en donde se monitorearán los análisis previos, controlados remotamente si es necesario. Esto con la finalidad de saber si existe un cambio radical en la salud de cada astronauta o los cambios son ligeros, cuando estos viajan al espacio. (NotiPress)