Desde hace más de una década, la seguridad en México es el área que más demanda acciones, debido a las incesantes olas de violencia que se presentan cada día. En este sentido, el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en 2018 bajo la promesa de lograr un país más pacífico, pero lejos de eso, hoy en día la nación atraviesa por una crisis de seguridad que se acrecienta diariamente.
Desde antes de ser presidente y ahora como jefe del Ejecutivo, López Obrador se ha empeñado en hablar sobre la importancia de pacificar el país y no recurrir a la violencia para resolver conflictos de seguridad o no coartar derechos humanos ni perseguir a opositores; sin embargo, el país ve cómo la estrategia de seguridad “abrazos, no balazos” está lejos de lograr el cometido de la paz en México.
En medio de todo esto, el presidente se ha dado a la tarea de fungir como “mediador” en conflictos internacionales para, supuestamente, lograr la paz mundial. Puntualmente, el mandatario ha tratado de intervenir para “resolver” las guerras entre Rusia y Ucrania, y más recientemente la de Israel contra el grupo Hamás.
En la celebración por la Independencia de México en 2022, el presidente propuso que no solamente las naciones en conflicto entraran en una tregua de cinco años, sino que lo debían hacer todas en el mundo. En este tiempo, sostuvo, se debían concentrar en resolver los problemas más apremiantes que aquejan a todos, como los económicos y sociales.
Por si fuera poco, luego con la declaratoria de guerra entre Israel y Hamás, AMLO se negó en primer lugar a tomar una postura y, luego, argumentó que México estaba “a favor de la paz y de la no violencia”. La postura oficial fue mantenerse neutral, pero luego el presidente hizo un llamado para celebrar una asamblea en la ONU, a fin de que se encontrara una solución pacífica. Evidentemente, no se le tomó en cuenta.
Y es que el mandatario siempre ha llamado a la paz desde diferentes instancias y en diferentes contextos. En 2018, AMLO hizo uno de sus lemas de campaña la pacificación de México luego de una fallida guerra contra el narcotráfico, incluso haciendo la promesa de terminar con dicho conflicto en un lapso de tres años.
En aquel entonces, elaboró un Plan Nacional de Paz y Seguridad que incluía cinco acciones fundamentales: amnistía y desarmado de cárteles, legalización de drogas, instauración de la Guardia Nacional, combate a la corrupción y acabar con la impunidad. Hoy la realidad es completamente opuesta, ya que el crimen organizado sigue dominando en muchas partes del país.
Jalisco, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Guerrero se han convertido en lugares controlados por el crimen organizado, donde la presencia de las fuerzas armadas del estado es nula o insuficiente. Esto ha dado como resultado que, desde que inició el mandato de López Obrador, en México se hayan registrado tan solo hasta octubre de este año un total de 35,041 homicidios.
Desde el inicio de la administración, cada año la violencia se ha mantenido en niveles altos, pues en 2019 registraron 44,576 homicidios; en 2020, con todo y la pandemia de covid, la cifra se situó en 43,265; para 2021 se reportaron 43,964, y en 2022 un total de 42,888.
A esto se suma que desde su posición el presidente se ha dedicado a estigmatizar y señalar a sus opositores políticos y a periodistas críticos a su régimen. En agosto del año pasado, el presidente presentó en sus conferencias mañaneras una lista de opositores, casi compuesta en su totalidad por comunicadores y periodistas.
A pesar de que el presidente se asume como un pacifista, en los hechos otros personajes a los que ha estigmatizado es a los periodistas Ciro Gómez Leyva y Carlos Loret de Mola. Sobre Loret hizo público su patrimonio y lo que supuestamente le pagaban por atacarlo, mientras que a Gómez Leyva lo crítica constantemente en sus espacios, a pesar de que el año pasado fue víctima de un atentado.
En reiteradas ocasiones, AMLO ha asegurado que actualmente en México se viven tiempos de paz para la gente y la violencia y la violación de los derechos humanos está terminando, pero esto se contrapone con los hechos de los que la población es víctima cada día.