Como bien se sabe, cada año egresan miles de universitarios de las instituciones de todo el estado, por lo que se convierte un reto hallar trabajo en el área en la que se formaron por años. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados 2022, solo el 60 % de los egresados trabaja en el área para la que estudió, algo que se debe a diferentes factores y que varía dependiendo la carrera.
En este contexto, el docente y chef Jorge Jalil Navarro comentó en entrevista para Imagen Poblana cuál es el panorama para los recién egresados de gastronomía y qué es lo necesario para que tengan una carrera exitosa. Asimismo, aseguró que para crear un mejor mercado laboral son necesarios cambios tanto en los nuevos trabajadores como en los empresarios de la rama.
Jorge Jalil es chef y docente en la Universidad del Valle de Puebla (UVP), donde manifestó que se enfocan en enseñarles a los estudiantes desde una perspectiva multidisciplinar. Afirmó que la carrera ha evolucionado de tal modo que hoy en día ya no basta solamente con aprender a estar en una estufa, sino que es necesario aprender de otras ramas como derecho, mercadotecnia, planeación de costos y otras cuestiones.
Nuestro entrevistado explicó que cada año, según sus estimaciones, en Puebla terminan la carrera de Gastronomía entre 200 y 400 alumnos, aunque asegura que el cálculo podría ser errado. Esto significa que cada año un chef en proceso tiene que competir aproximadamente contra otros 199 o 399 perfiles que buscarán insertarse en el mercado laboral.
Jorge agregó que esto no quiere decir que los espacios de trabajo sean insuficientes, pues hay lugares en los que cada año se abren vacantes para los recién egresados. Por ejemplo, él es parte de una asociación llamada “Vatel Club”, cuyo objetivo es impulsar la gastronomía de México y que, explicó, cada año solicita a nuevo personal que pueda formar parte de su equipo.
Desde su punto de vista, la razón por la que no todos se insertan exitosamente en el sector se debe a que están una realidad diferente a la que imaginaron al entrar a la universidad, es decir, jornadas largas y duras, sueldos por debajo de lo esperado, entre otras razones.
“Por más que nosotros estamos trabajando con ellos, llegan a decir ‘no fue lo que yo quería’, aunque terminaron de estudiar. Sí es un mercado grande que tenemos, lo que llamamos el sector de hospitalidad (...) sí requerimos de muchísima mano de obra, el problema que nos encontramos es que el alumno muchas veces se ve rebasado por la gran demanda que tenemos hacia ellos”, dijo Jorge.
Por estas razones, cuando recién egresan los estudiantes puede haber una inserción laboral exitosa del 80 %, según estima Jorge, pero conforme se topan con la realidad de este mundo la cifra se puede reducir hasta el 40 o 50 %. El resto se cambia de carrera, sigue estudiando algo complementario o simplemente declina.
Dicho lo anterior, ¿qué se necesita para tener una carrera “exitosa”? Para Jorge son importantes cualidades la dedicación, responsabilidad, pero sobre todo entender que la industria es completamente diferente al resto de profesiones, ya que tienen que responder de diferente manera que otros trabajadores.
“No es lo mismo que si estamos construyendo una casa y excedamos dos semanas en entregarla, a nosotros. Nosotros, si yo te llevo tu plato diez minutos tarde ya generé una molestia contigo; entonces, tenemos que entender esa situación, que nosotros no podemos tener un margen de error ni de desfase en cuanto a tiempos”, manifestó Jorge.
Afirmó que esa es la parte fundamental que deben comprender los más jóvenes para no caer en la frustración y abandonar el sueño de llegar a chef, aunque también reconoció que no son los únicos que deben hacer cambios. Jalil Navarro añadió que los empresarios que buscan a los nuevos talentos también deben atender a sus necesidades y brindarles mejores prestaciones.
Lo primero a atender por parte de los empleadores, aseveró, es el trato hacia los trabajadores, dar mejores sueldos, que insistió son bajos y poco competitivos en la industria, y algo igual de esencial, darles más libertad para que puedan desenvolverse con claridad.
“Darles un poquito de apertura, porque al final del día ellos tienen ideas, proyectos que me pueden funcionar como empresas y entonces, si estoy cerrado a que ‘esto es lo que quiero hacer y tú lo vas a hacer y si no quieres traigo al que sigue’, estamos generando un ciclo en el que no funcionamos”, finalizó Jorge.
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