El caso del magistrade Ociel Baena ha traído a relucir múltiples temas y uno de los más destacados es el de lenguaje inclusivo, aceptado por muchos y criticado por otros, aunque lo cierto es que se trata de una práctica que no solamente está presente en el castellano, sino en otras lenguas alrededor del mundo.
Ociel Baena se autodenominaba magistrade debido a que asociaba su identidad al género no binario, es decir, no se consideraba propiamente un hombre pese a ser su sexo biológico, pero tampoco creía que su identidad fuera la de una mujer.
Este sentimiento era posible verlo en su ropa ya que de la cintura para arriba acostumbraba a vestir camisa, corbata y saco de hombre, mientras que la cintura para abajo era frecuente verlo con falda o pantalón, pero siempre con zapatos de tacón.
Independientemente de su orientación sexual, identidad de género y su forma de vestir, Ociel Baena también se volvió criticado por el lenguaje inclusivo, un fenómeno que aparentemente la sociedad no ha terminado de aceptar y que hasta cierto punto avanza de forma muy lenta debido a que son pocas las personas que se ven obligadas a utilizarlo.
¿Qué es el lenguaje inclusivo?
Actualmente se le denomina lenguaje inclusivo al uso de algunas expresiones que permiten identificar a personas o grupos con un género gramatical distinto al masculino o femenino, por lo cual suele agregarse un sufijo como puede ser la letra e o un pronombre como “les” o “elles”.
Es así que podemos decir que el lenguaje inclusivo es el uso de esta variante no binaria que permite identificar a las personas o grupos que no se relacionan con el género masculino ni con el género femenino.
Varios países de Latinoamérica donde se habla castellano han adoptado el lenguaje inclusivo como es el caso de Uruguay que cuenta con una guía de lenguaje inclusivo desde el año 2010, mientras que México lo impulsó en 2015 y Perú en 2017.
¿Hay lenguaje inclusivo en otros idiomas?
Sí bien el castellano es una de las lenguas en las cuales podemos identificar más fácilmente el lenguaje inclusivo, es necesario precisar que existe en otros idiomas en que también se han implementado variantes para poder adoptar este mensaje inclusivo.
Por ejemplo, el inglés es otro de los idiomas que le han dado un resignificado a pronombres personales para poder seguir con esta corriente de lenguaje inclusivo, aunque esto se ha visto de forma más natural debido a que ya contaban con algunos pronombres que así lo permiten.
Entre los pronombres personales del idioma inglés existe la tercera persona del plural que es “they” y “them”, los cuales siempre han sido neutros por lo que suelen emplearse con mayor facilidad y naturalidad por todas las personas.
Adicionalmente algunos diccionarios norteamericanos como Merriam Webstern decidieron hacer acepciones en el léxico y modificar términos como “fireman” (bombero) por “fire fighter” y así quitar la carga de género del sufijo “man” (hombre).
El francés es otro de los idiomas en los que se ha intentado introducir el lenguaje inclusivo con géneros neutros como “iel”, que se trata de una contracción entre “il” (el) y “elle” (ella).
Sin embargo, la sociedad francoparlante no reaccionó de la mejor manera e incluso hubo una postura desde el Ministerio de Educación en Francia en contra de la escritura inclusiva, señalando que era una alteración inapropiada de la lengua francesa.
Donde sí hubo aceptación desde el poder fue en Noruega donde el Consejo de la Lengua Noruega aceptó introducir el pronombre neutro “hen” como una alternativa al femenino “hun” y al masculino “han”.