Dado el ritmo de vida y las exigencias laborales, en la actualidad es recurrente que las personas dejen de considerar las actividades de tiempo libre como prioridad. Aunado a ello, también existe la posibilidad de que al realizar actividades de ocio, no puedan dejarse de lado los pensamientos en torno a tareas y responsabilidad laboral. De este modo, aquello dirigido a la distracción y relajación no sea placentero e incluso perjudique el desempeño laboral y estado ánimo.
Un estudio del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad Estatal de Ball, en Estados Unidos, analiza el modo en que diversas actividades posteriores al trabajo afectan el desempeño en el mismo. En este, 183 empleados de telecomunicaciones y tecnología de la información realizaron informes sobre su estado de ánimo durante 10 días. En estos debían incluir sus planes para el futuro, acciones para organizar tareas y cumplir objetivos e información sobre su desempeño laboral. Así como registrar las actividades realizadas después de su turno de trabajo y describir el impacto de estas para distraerse de las tareas y responsabilidad laboral.
En el estudio, se observó que quienes se sentían con dominio en las actividades realizadas fuera de sus trabajos, como deportes, clases o voluntariados, se sentían más motivados para enfrentar desafíos y situaciones en su trabajo durante el siguiente día. Además, esto tenía en consecuencia una sensación de mayor capacidad y autocontrol sobre su estado físico y mental. Por el contrario, quienes afirmaron distanciarse del trabajo, física o mentalmente, mediante acciones que no implicaban operaciones conjuntas, como escuchar música o ver series, no presentaron los mismos beneficios. Aunque, declararon sentir una sensación transitoria de relajación y comodidad.
Aunado a ello, las personas que destacaron poder elegir libremente sus actividades extra laborales sentían mayor capacidad de autocontrol e iniciativa. Si bien, el estudio apunta al cuidado de la unidad cuerpo-mente como necesaria para la recuperación de las exigencias, debe tomarse en cuenta que las actividades extras no deben ser apreciadas como obligaciones por cumplir. Pues esto genera un efecto adverso en vez de contribuir a olvidar las presiones y responsabilidades diarias. De este modo, planificar y jerarquizar las cosas por hacer disminuye la ansiedad de pensar constantemente en estas.
Cuando se ponen en marcha los procesos cognitivos de planificar, el miedo a olvidarse de las obligaciones disminuye considerablemente. Pues esto permite al cerebro concentrarse y enfocarse en aquello que se está realizando en el momento, en vez de tratar de resolver o terminar otros asuntos. De este modo, jerarquizar y organizar tareas, compete a trabajadores y organizaciones. Pues evitar recordar a los trabajadores sus obligaciones fuera del trabajo, propicia que los colaboradores puedan disfrutar y aprovechar sus momentos de ocio y por ende tener mejor desempeño laboral. De este modo, alcanzar un equilibrio entre actividades laborales y personales es fundamental para el cuidado de la salud y bienestar en general. (NotiPress)