Aproximadamente el 16 % de la población en México vive con algún tipo de deuda, es decir, disfruta de algún bien o beneficio cuyo valor comercial no ha terminado de pagar y, en muchas ocasiones, nunca saldrá de esa deuda.
El próximo 17 de noviembre arrancará una edición más del programa Buen Fin, una iniciativa gubernamental y de la iniciativa privada que busca reactivar la economía ofreciendo descuentos y promociones en las principales tiendas del país.
En México, el Buen Fin no solamente está asociado con las promociones y la derrama económica en las tiendas sino también con el endeudamiento, pues la mayoría de los establecimientos dirigen sus ofertas hacia las tarjetas de crédito.
Los electrodomésticos son productos que se vuelven de lo más demandado durante el Buen Fin, por lo que muchas tiendas aprovechan para ofrecer estos productos con esquemas de pago denominados meses sin intereses, lo cual genera en los compradores una percepción de "disfrute ahora y paga después".
El problema surge cuando los compradores no tienen una correcta educación financiera y dejan de lado el análisis sobre si en un futuro tendrán las condiciones para continuar pagando su deuda, así como el tiempo real que durará.
Esto puede provocar que muchos compradores del Buen Fin lleguen a la edición del siguiente año sin haber acabado de pagar lo que compraron en la edición anterior o incluso con más recargos por intereses debido a que se atrasaron en alguno de los pagos.
¿Cuántos morosos hay en México?
Como se indicó al principio, se estima que en México el 16 % de la población tiene alguna deuda, ya sea por la compra de una casa, de un vehículo, un préstamo en efectivo o incluso por las compras hechas a través de líneas de crédito bancarias.
Esto quiere decir que si en México somos poco más de 126,000,000 de personas, este porcentaje representa alrededor de 21,000,000 de mexicanos que poseen una deuda, de acuerdo con datos de la empresa Fintech.
Hasta principios de este año, se estimaba que la deuda acumulada de esos 21 millones de mexicanos representaba aproximadamente 1.6 billones de pesos, las cuales principalmente se encuentran en deudas no hipotecarias por tarjetas de crédito, préstamos de nómina o personales.
Sin embargo, encontramos que aproximadamente seis de cada diez mexicanos han recurrido a algún tipo de préstamo o endeudamiento para enfrentar algún gasto imprevisto, por lo que un 35 % de esas personas han recurrido a la venta o empeño de algún bien.
Los datos de Fintech señalan que el 21 % de los mexicanos han solicitado en algún momento un adelanto de su sueldo; el 19 % ha recurrido a sus ahorros de programas Afore, mientras que un 17 % a un crédito bancario.
Deudas para pagar deudas
Los créditos en sí no son malos; incluso cualquier especialista en educación financiera te dirá que los créditos ayudan a tener una buena reputación financiera. El problema es cuando no existe una correcta planeación para su pago.
Conocer la capacidad de endeudamiento que tiene una persona es una ecuación muy sencilla, ya que lo único que deben saber es cuál es su percepción fija y restarle todos los compromisos económicos que ya tiene, como puede ser el pago de una renta, el pago de los servicios de su hogar, la compra de alimentos y otros gastos de este tipo.
El monto que queda después de cubrir todos los compromisos económicos ya adquiridos es lo que podríamos definir como tu capacidad de endeudamiento, aunque la mayoría de los especialistas recomiendan no usar ese límite en una sola deuda.
Por ejemplo, si tu percepción mensual es de 30,000 pesos y después de pagar todos tus compromisos adquiridos te quedan 10,000 pesos libres, lo más recomendable es que establezcas que tu capacidad de endeudamiento es de únicamente 5,000 pesos al mes, pues esto te permitirá enfrentar cualquier otro gasto imprevisto.
El problema de los créditos surge cuando las personas no están conscientes de esto y consideran que su capacidad de endeudamiento es igual a sus ingresos totales, olvidando que tienen otros pagos por hacer y que en cualquier momento puede surgir algún imprevisto.