¡Solo para valientes! Los sitios más terroríficos de Puebla

¡Solo para valientes! Los sitios más terroríficos de Puebla

Foto: FreePik y Enfoque

El estado de Puebla es bien conocido a nivel nacional como uno de los que mayor riqueza cultural contienen, lo que incluye numerosas leyendas e historias que hacen diferente cada punto de la entidad. Ahora en el marco del Día de Muertos, los amantes de lo paranormal buscan lugares para explorar y conocer, por lo que Puebla ofrece múltiples espacios que, supuestamente, tienen historias de terror.

 

Desde monumentos embrujados, hasta exconventos y sitios específicos donde ocurrieron tragedias o habitan seres mitológicos, en Puebla hay cantidad de lugares que albergan historias y sucesos paranormales. Más allá de que haya quienes creen o no en estas historias, han pasado de generación en generación y, hasta la fecha, son objeto de deseo para los amantes de los paranormal.

 

La Fuente de los Muñecos

 

Uno de los lugares más emblemáticos del barrio de Xonaca, en la capital de Puebla, es precisamente la famosa Fuente de los Muñecos, ubicada en las calles 22 Oriente y 18 Norte, frente a la iglesia de la Candelaria. Es una fuente que en el centro tiene a dos figuras, un niño y una niña, hermanos, ella con un libro bajo el brazo, mientras él tiene un brazo extendido y la otra mano en los bolsillos del pantalón. Las caras son inexpresivas y con aspecto tétrico que genera inquietud tan solo al verlas.

 

Fue construida durante la época del gobernador Maximiliano Ávila Camacho, luego de que uno de sus caballerangos perdiera a sus hijos de 6 años la niña y 7 el niño. Se cree que la causa de su muerte fue que ambos salieron de su casa a jugar y cayeron en un pozo que se ubicaba donde hoy está la fuente, pero sus cuerpos nunca fueron encontrados.

 

A raíz de esto se han contado múltiples historias acerca de cómo, según relatan los habitantes del barrio, los hermanos cobran vida para jugar en las calles. Se cuenta que por las noches se escuchan risas hasta el amanecer, momento en el que los hermanos regresan a sus aposentos para descansar durante el día.

 

La Cueva del Diablo

 

Un estado tan grande, con 217 municipios, naturalmente cuenta con historias en prácticamente todos lados, y ejemplo de ellos es la enigmática Cueva del Diablo en el Cerro de los Zapotecas, en San Pedro Cholula. Se dice que en el Cerro de los Zapotecas existe una cueva que no es sencillo encontrar, ya que ahí mora el diablo, un ente que se dio a conocer por hacer pactos con los pobladores de la zona.

 

La leyenda de este sitio surgió a inicios del siglo pasado, cuando un campesino llamado Olegario atravesaba un mal momento, pues era bien sabido por todos que su familia vivía en la pobreza. Una noche, mientras caminaba en el cerro, vio a un hombre que dijo saber sus pesares y lo llevó a una cueva desconocida, donde le ofreció un trato en el que le proveería abundantes riquezas a cambio de que lo adorara todas las noches de luna llena.

 

El diablo cumplió su promesa, Olegario y los suyos se convirtieron en personas opulentas, pero él seguía con sus malestares en lo individual y cada noche que tenía la tarea de venerar al diablo, se le veía con heridas en el cuerpo. A razón de esto, existen leyendas acerca de personas que se acercan a buscar un pacto con el diablo para que les dé riquezas.

 

Brujas en Atlixco

 

Uno de los municipios más atractivos y visitados del estado también está lleno de mitos y leyendas, siendo una de las más conocidas la de las brujas. Los atlixquenses cuentan que durante las noches el Cerro de San Miguel es conocido porque ahí se congregan supuestas brujas para danzar y luego sobrevolarlo, esto último haciéndolo en forma de bola de fuego

 

Lo más común y característico de las brujas es que se preparan y salen cada noche para buscar niños indefensos o descuidados para alimentarse de ellos, aunque se ha difundido que también se aprovechan de hombres adultos ebrios en la calle. Como consecuencia, muchas personas rehúsan a subir o siquiera acercarse al cerro cuando cae la noche.

 

De igual forma, trasciende por generaciones que hay que poner especial atención a los niños para evitar que “los chupen”, por lo que deben hacer oración todas las noches, cerrar puertas y ventanas, al igual que poner cruces de ocote y tijeras en forma de cruz para espantar a las brujas. Otras personas afirman que para evitar que las brujas se acerquen a los menores, es importante poner cerca de ellos un espejo u objetos reflejantes que las ahuyenten.

 

Exconvento de Santa Rosa

 

Nuevamente en la capital de Puebla, uno de los sitios sobre el que se erigen más leyendas es el Exconvento de Santa Rosa, ubicado en la calle 3 Norte, número 1210, en lo que ahora es el Museo de Arte Popular Poblano, en el centro histórico de la ciudad. Es un edificio que data del siglo XVII, primero como un lugar específico para monjas dominicanas, posteriormente funcionó como una iglesia para Santa Inés y, por último, en veneración a Santa Rosa de Lima.

 

Dado que siempre fue un lugar que estuvo en uso para culto religioso, por ahí pasaron numerosas monjas, por lo que ahora cuenta la leyenda que el espíritu de una de ellas vaga por los pasillos del hoy museo. Esto se sustenta con el supuesto de que en los cimientos de la edificación yacen los restos de monjas muertas que fueron enterradas ahí.

 

En la actualidad se ha convertido en uno de los sitios más enigmáticos para los aficionados de los paranormal, e inclusive se han dado testimonios de guardias de seguridad del museo que afirman haber visto a monjas por las noches, cuando no debería haber nadie al interior del recinto.

 

Puente de Ovando

 

Nuevamente en uno de los barrios fundacionales de la capital, el Puente de Ovando es famoso por las múltiples leyendas que se han originado por experiencias que, hasta la fecha, no tienen explicación más allá de ls paranormal. Este se ubica en la esquina de la avenida 3 Oriente justo en el bulevar 5 de Mayo, nuevamente en la zona del centro histórico.

 

La historia más conocida del Puente de Ovando es precisamente que ahí se da la aparición de una mujer cuya alma pena tras un pasado trágico. El puente se construyó por los pobladores del barrio de Analco, no por la opulenta familia Ovando, algo que se comentó por mucho tiempo. El señor Ovando tuvo una hija de 16 años, quien se enamoró de un hombre de otro estrato social, algo que rechazó su padre y familia en todo momento.

 

Un día la menor se vio con su amado, aunque su hermano, al percatarse, intentó asesinarlo de un disparo, algo que ella trató de evitar poniéndose en medio de la bala, lo que le causó la muerte. Tiempo después el padre cayó en el alcoholismo y, mientras transitaba cerca del puente, una mujer se acercó para pedirle una moneda, aunque inmediatamente vio de que se trataba de su hija, quien amenazó con atormentar a sus descendientes, quienes le causaron la muerte. Esto hizo que el señor Ovando cayera en el río y fuera arrastrado.

 

Hoy en día los pobladores de Analco aseguran que la mujer aún se aparece ahí por las noches, pidiendo una moneda a los transeúntes. Si se le da, se puede pasar por el puente libremente, pero si se le ignora, un ente invisible arrastra a la persona para el que una vez fue el río.

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