La temporada de Halloween es sinónimo de fiestas, dulces y disfraces. En estas fechas personajes como zombis, fantasmas, brujas y demás criaturas de terror salen a las calles; sin embargo, pese a que muchos piensan que se trata de una actividad insignificante, los expertos aseguran que es algo benéfico para los niños.
Disfrazarse en esta época trae consigo varios beneficios a nivel pedagógico y sicológico en el desarrollo cognitivo, de coordinación y a nivel psicomotriz en los niños, pues se fomenta la imaginación, el desarrollo del lenguaje y la inteligencia.