Los habitantes del municipio de Acapulco, devastado por el huracán "Otis", no estaban preparados para este fenómeno meteorológico que, en cuestión de horas, pasó de ser una tormenta tropical a un huracán categoría cinco. Esta evolución no estaba contemplada ni por las previsiones meteorológicas.
Así lo considera Gibran Vega Veleces, estudiante de Medicina en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y originario de una de las colonias afectadas por el huracán "Otis" en el municipio de Acapulco, Guerrero.
En la entrevista con Imagen Poblana, Gibran reconoce que el municipio de Acapulco ya había enfrentado una tragedia similar en 1997 cuando el huracán "Paulina" tocó tierra el 9 de octubre, causando daños por más de 447 millones de dólares de aquella época.
Aunque Gibran estudia en Puebla, su familia se encuentra en la colonia Frontera Aguacatillo, que pertenece al ejido del kilómetro 21 y que está justo en la zona afectada por las lluvias y vientos torrenciales de "Otis".
Desde su experiencia, y según la información a la que ha tenido acceso por algunos conocidos de la región, existió muy poca información por parte de las autoridades la noche antes de que "Otis" tocara tierra. Para ese momento, únicamente se esperaba que fuera una tormenta tropical.
Explicó que, durante la noche, este fenómeno se intensificó y pasó a ser huracán categoría cuatro. Justo cuando estaba por tocar tierra, aumentó su intensidad hasta impactar a Acapulco como un huracán de categoría cinco, algo que no se esperaba ni por las autoridades ni por los ciudadanos.
Señaló que, incluso, el último informe de la Conagua indicaba que "Otis" tocaría territorio mexicano como una tormenta tropical. Por ello, muchos ciudadanos se fueron a dormir sin prever que en algún momento este fenómeno climatológico terminaría por ser tan destructivo.
Consideró que sí hubo falta de comunicación por parte de las autoridades para que la ciudadanía estuviera atenta a la evolución de esta tormenta. Sin embargo, también reconoció que la evolución del huracán se dio en muy pocas horas y fue durante la noche.
Señaló que muchas personas ni siquiera estaban enteradas de que iba a entrar una tormenta tropical, así que se enteraron cuando comenzó a llover. Esta situación habría hecho imposible que en algún momento pudiera haber una evacuación.
Sin previsión meteorológica
En términos técnicos, varios especialistas coinciden en que el escenario caótico que dejó el huracán "Otis" era muy difícil de prever desde el ámbito meteorológico, pues se unieron múltiples factores que facilitaron que esta tormenta tropical llegara a ser un huracán de categoría cinco.
Por ejemplo, "Otis" es la primera tormenta tropical que evoluciona a huracán categoría cinco en un periodo menor a 12 horas. Además, es la primera vez que un huracán categoría cinco impacta las costas del Océano Pacífico en toda la historia.
Los huracanes se forman cuando el agua del océano comienza a liberar calor hacia la atmósfera, formando nubes y lluvia. Esta posteriormente se convierte en una tormenta debido al calor que sigue expulsando el agua del mar.
En estas nubes, converge el aire caliente del océano con el aire frío de la atmósfera. Así, en las nubes, comienza a formarse un movimiento en círculos que sigue creciendo siempre y cuando se mantenga el flujo de aire caliente y frío que permite la formación de las mismas.
Uno de los factores que influyó para que el huracán "Otis" se intensificara fue la temperatura del agua en el Océano Pacífico. En esta temporada, puede llegar a ser superior hasta en 4 grados debido a un fenómeno natural conocido como "El Niño".
De acuerdo con instancias que han emitido una postura tras este escenario fatídico, como el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, este calentamiento del agua, que intensificó la formación del huracán "Otis", se debe en gran parte al cambio climático. Esta situación ha provocado que, en los últimos años, haya cada vez más huracanes destructivos.