Aunque algunos no estén de acuerdo, las mascotas son parte de la familia para muchas personas, pues acompañan en momentos de alegría, por lo que al morir los sentimientos de dolor y tristeza son tan profundos como los que se sienten por otro humano. Es por esto que, desde hace años, los dueños de mascotas deciden rendir tributo a la memoria de sus compañeros con ofrendas especiales por el Día de Muertos, en las que reflejan su amor y agradecimiento por tantas alegrías.
Las ofrendas para mascotas son una forma de expresar el duelo y el respeto por los animales que por años acompañaron en vida a la gente. Estas ofrendas se hacen con la misma intención de mantener vivo su espíritu y pueden incluir cosas tan básicas como sus fotos, hasta los objetos más preciados por el animal, aquellos que lo hacían pasar largos ratos de entretenimiento y que generaron una conexión especial.
Aunque para algunos sea extraño y rechacen la idea de colocar una ofrenda para una mascota, la realidad es que es una tradición que lleva años practicándose. Al igual que las más convencionales, las ofrendas para mascotas se colocan a finales de octubre y no son exclusivas de perros o gatos, sino que abarcan a todas las especies que acompañaron a la familia.
La creencia, que no hace más que ganar fuerza con el paso del tiempo, es que las almas de las mascotas regresan a visitarnos antes que las de los humanos, por lo que la ofrenda debe estar lista para el 27 de octubre, para que así la encuentren lista en la madrugada del 28 de octubre.
La tradición del Día de Muertos se ha relacionado con los animales, en especial con los perros. Cuenta la leyenda que son los xoloitzcuintles los que ayudan a las almas a cruzar al Mictlán, la Ciudad de los Muertos. Hay quienes desde hace años ponen la foto de sus perros o gatos en el altar, pero la iniciativa para colocar la ofrenda, así como el día en que debe hacerse, surgió en 2019 gracias a una empresa mexicana que ofrece servicios funerarios para animales, Funeral Pet.
Otras asociaciones animalistas habían propuesto que la celebración se instaurara el 3 de noviembre, un día después del Día de Muertos, teniendo como objetivo honrar a los que murieron por atropellamientos o accidentes; sin embargo, la fecha más aceptada y que se acostumbra hasta hoy es la sugerida por Funeral Pet. Si bien se ha vuelto una práctica común, no se le considera como parte del Día de Muertos, ni es una celebración oficial.
Para mantener viva la memoria de las mascotas se pueden colocar diferentes objetos, empezando por lo más común, que es la foto del animal en lo más alto o en el punto central del altar, pero en el caso de haber cremado al animal, se recomienda ubicar la urna con las cenizas en el altar. Como es costumbre, se suele poner el agua y las comidas que más le agradaban al animal, ya sean croquetas o premios, esto acompañado de sus juguetes o accesorios cómo collares o placas con su nombre.
Los aditamentos típicos, como las calaveritas de azúcar y el papel picado, también suelen personalizarse de acuerdo con el nombre de la mascota fallecida para marcar más su presencia. De igual manera, se colocan los objetos tradicionales como las flores de cempasúchil, las velas y los inciensos.
Para dar la bienvenida a las almas de las mascotas se debe llevar a cabo el ritual común, en el que se esparcen los pétalos de cempasúchil desde la entrada del hogar hasta el altar. El momento de retirarla es el mismo que el de la ofrenda convencional, es decir, la tarde del tres de noviembre, en donde también se les debe acompañar con las hojas de la flor hasta la salida de la casa.
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