Pioderma gangrenoso, una de las enfermedades autoinmunes más dolorosas

Pioderma gangrenoso, una de las enfermedades autoinmunes más dolorosas

Foto: FreePik

El pioderma gangrenoso es una enfermedad cutánea considerada autoinmune y poco frecuente. Sin embargo, en algunos casos, puede ayudar al diagnóstico de otras enfermedades internas. 

 

Aunque requiere de diagnóstico clínico, una de las primeras muestras en los pacientes surge de una pequeña pústula que va avanzando hasta formar una gran úlcera. Esta puede aparecer algunas veces de forma espontánea y otras cerca de algún traumatismo o cicatriz por cirugía. 

 

Existen cuatro tipos de pioderma gangrenoso: clásico o ulceroso, ampolloso, pustuloso y vegetante. Además, existen formas de tratarlos, como puede ser a través de corticoides o ciclosporina

 

A diferencia de otras enfermedades cutáneas, el pioderma gangrenoso es muy doloroso. Además, está relacionado con enfermedades sistémicas de tipo inflamatorias, como puede ser en el sistema digestivo, artritis reumatoide, neoplasias o discrasias sanguíneas. 

 

 

Origen y peligrosidad 

 

Los primeros diagnósticos del pioderma gangrenoso se remontan a 1930 con el surgimiento de cinco pacientes con úlceras dolorosas y bordes sobreelevados. De estos, cuatro coincidían en un diagnóstico de colitis ulcerosa

 

A pesar de que es una enfermedad que está cerca de cumplir el centenario de ser descubierta, su origen y causas continúan siendo un tanto desconocidas. Las conclusiones más avanzadas apuntan a que se trata de un proceso autoinmune

 

En un principio, se consideraba que la infección bacteriana era la causa del pioderma gangrenoso. Sin embargo, con el avance de las investigaciones, se confirmó que no era así. Por lo que el término "pioderma" es erróneo, pero por cuestiones históricas se mantiene. 


 

 

Cabe señalar que el pioderma gangrenoso clásico o ulceroso es el más común y se caracteriza por la formación de una úlcera profunda, rojiza y rodeada por un área eritematosa. Estas úlceras generan un gran dolor al paciente. 

 

Pero, además del dolor localizado en esta lesión, genera otros síntomas, como puede ser fiebre y un malestar generalizado. Estos también se controlan con medicamentos por vía oral y cutánea. 

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