El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha sido, durante muchos años, una herramienta para conocer datos duros sobre la realidad de nuestro país. Sin embargo, en los últimos años, su credibilidad ha sido cuestionada en más de una ocasión, en temas esenciales como la seguridad, la economía y la población.
Una de las últimas polémicas surgió la semana pasada cuando se publicaron los resultados al corte del tercer trimestre de 2023 de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, donde se publica la muestra de la percepción de seguridad de las personas.
Aunque el Inegi tiene como fin la recopilación y publicación de datos duros, esta encuesta utiliza un término muy ambiguo como es la percepción, de ahí que muchas veces la información que se publica sea sobre qué tanto los mexicanos se sienten inseguros o seguros en su lugar de residencia.
Los encuestados deben de elegir una de las cinco opciones que ofrece la encuesta y que van desde muy seguro hasta muy inseguro, siendo así la forma en la que se mide la percepción de la inseguridad.
El @INEGI_INFORMA publicó hoy su edición más reciente de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).
— Carlos A. Pérez Ricart (@perezricart) October 19, 2023
La percepción de inseguridad en las ciudades del país es la más baja desde 2013, cuando se empezó a hacer la encuesta. La verdad es que es una muy buena noticia. pic.twitter.com/1riHisGoJB
Pero más allá de los términos, los resultados de esta encuesta generaron polémica debido a que señalan que el 61.4 % de los encuestados consideraron que es inseguro vivir en su ciudad, siendo este nivel de percepción el más bajo que existe desde hace 10 años que comenzó a hacerse esta encuesta.
Sin embargo, una forma de darle un contexto real a estos resultados es invertir los porcentajes, pues en realidad lo que el Inegi está dando a conocer es que solamente el 38.6 % de los mexicanos se sienten seguros en el lugar donde viven, es decir, menos de la mitad de los encuestados.
Este rango sigue siendo preocupante porque solamente cuatro de cada 10 personas encuestadas dijeron sentirse seguras, algo que puede ser muy real si tomamos en cuenta las estadísticas de incidencia delictiva y de cifra negra.
La medición de la pobreza
Pero independientemente de los temas de percepción, el Inegi ha sido señalado en otras ocasiones por publicar datos que aparentemente no se asemejan a la realidad de la mayoría de los mexicanos.
Un ejemplo ocurrió en 2016 cuando el INEGI reconoció que habían cometido un error técnico en la medición de los niveles de pobreza, obteniendo cifras que no corresponden a la realidad de nuestro país.
En ese momento, el Inegi medía la pobreza de las personas a través de su nivel de ingresos, omitiendo que muchos de los encuestados, en promedio más de la mitad, mentían al momento de responder sobre sus ingresos reales.
Esto provocó que el Instituto tuviera que hacer todo un rediseño en sus encuestas para poder obtener cifras más reales sobre el nivel de pobreza en nuestro país.
Error poblacional
En octubre del 2021, el Gobierno del Estado de México interpuso una controversia constitucional en contra del INEGI al poner en duda el Censo de Población y Vivienda 2020.
El conflicto derivó debido a que la Secretaría de Hacienda calculó las participaciones de los Estados con datos del Censo de Población y Vivienda 2020, situación que no beneficiaba a las autoridades del Estado de México.
Esta controversia constitucional fue recibida de forma inicial, pero después la justicia terminó fallando a favor del Inegi, manteniendo de forma institucional la reputación con la que cuentan.
Amor y odio
En conclusión, podemos ver que el Inegi puede ser motivo de aplausos pero también de controversia, dependiendo del contexto que le den las autoridades, especialmente cuando los números no coinciden o no benefician su proyecto político.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador ha llegado a poner en tela de juicio estudios del INEGI y del Coneval, pero cuando ambos organismos reconocen mejoras históricas en la reducción de pobreza, entonces sí se presumen los resultados.
Cabe señalar que el Inegi publica junto con todas sus encuestas un apartado metodológico que permite conocer cómo, dónde y de qué forma se tomó la muestra, no obstante, esta información puede llegar a ser demasiado técnica para la mayoría de los ciudadanos.