Es bien sabido que entre los sectores más opulentos de la sociedad con frecuencia surgen nuevas tendencias de moda y lujo que no son conocidas por el resto de la población. Por años, lo más común ha sido que las grandes marcas estampen sus logos en grandes dimensiones sobre cualquier prenda, pero la nueva ola en la moda es todo lo contrario, apelando al minimalismo.
Aunque en la actualidad ver el logo de una marca reconocida continúa siendo un sinónimo de estatus y lujo, la nueva tendencia es, precisamente, ocultar todo ícono y diseño de las prendas sin que estas pierdan elegancia. Afuera quedaron los grandes logos y diseños rimbombantes, porque lo último en moda es el llamado lujo silencioso.
El lujo silencioso se refiere a una tendencia en la moda, pero que aplica a otros aspectos de la vida, en la que se acude al minimalismo y la claridad para vestirse, pero siempre usando prendas de diseñador y de la más alta calidad. Pueden ser de marcas como Louis Vuitton o Chanel, pero en ellas no se verá por ningún lado un logo o referente de la marca.
Estas piezas buscan dejar de lado todo lo que sea señal de ostento y, en cambio, pretenden pasar inadvertidas para el ojo público, tanto la ropa como los accesorios (bolsas, pendientes, etc.). Los expertos en moda hacen énfasis en que por ninguna circunstancia en el lujo silencioso puede haber un logo o iconografía visible que dé señal sobre la firma que ha diseñado la prenda.
Por el contrario, el objetivo del lujo silencioso es que la gente se fije principalmente en la calidad de los tejidos y en el corte de cada prenda; es importante que parezcan hechas a la medida para cada usuario. La significativo son los diseños simples, con colores poco llamativos como el negro, blanco, marrón y beige, además de los materiales de la más alta calidad.
Sobre esto, lo más usual es buscar indumentaria hecha con materiales como seda, ante y cashmare, además de insumos elaborados con procesos artesanales y de bajo impacto ambiental. Asimismo, cuando se habla de pieles se utilizan las más finas como la de cocodrilo, serpientes, avestruces o aquellas que resultan más duraderas y, por consiguiente, más caras.
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Esta combinación hace que dicha tendencia sea más lujosa, ya que al combinar la más alta calidad con las marcas de renombre, las prendas y accesorios a la venta son de difícil acceso para la mayoría de la población. No sólo basta con tener el dinero, pues en ocasiones las marcas también analizan el perfil de sus compradores y pueden llegar a ponerlos en listas de espera que duran meses para decidir si se puede comprar o no una prenda.
Algo más que distingue a este tipo de indumentaria del resto de artículos de lujo comunes, es que son atemporales, es decir, no importa la época del año en que se usen, su vigencia trasciende el tiempo y están ideadas para durar años, en contraste con las prendas que son confeccionadas específicamente para usarse en ciertas temporadas. Una idea central es que se inspiran en diseños clásicos, por lo que resultan más importantes los cortes y colores que estampados o extravagancias.
Hablando propiamente sobre los precios, algunos atuendos parecerían simples y fuera de lo oneroso, algo que nos hemos acostumbrado a ver con los atuendos de personajes multimillonarios como Mark Zuckerberg o Bill Gates. La realidad es que vestirse con la ola del lujo silencioso es algo al alcance de pocas personas.
