Bloqueadores de anuncios, ¿un paso adelante del gigante de internet?

Bloqueadores de anuncios, ¿un paso adelante del gigante de internet?

Foto: FreePik

La guerra contra los bloqueadores de anuncios ha llegado hasta los dominios de YouTube, una de las plataformas que se ha declarado entre las más afectadas al reducir su porcentaje de ganancias, así como han perdido suscriptores potenciales para su programa premium, pero este no es el único frente que ha buscado ponerle un alto a los bloqueadores. 

 

Un Adblock es un pequeño programa o plugin (complementos que añaden funciones extra) que puedes descargar e instalar en tu navegador web; esta extensión te permite bloquear la publicidad que te puedes encontrar al navegar por internet. Aunque dependiendo del tipo de bloqueador que estés utilizando, podrás bloquear toda la publicidad, solo la más intrusiva o la referida a una temática en concreto, por ejemplo, anuncios de páginas para adultos, algo así como un control parental. 

 

Estos programas surgieron desde 2002, pero su uso se popularizó en 2014 con el aumento del marketing digital. De acuerdo con un estudio del sitio especializado en tecnología, Blockthrough, se considera que los bloqueadores de anuncios ocasionaron a la industria publicitaria pérdidas de 22 mil millones de dólares en 2015, lo que propició un aumento de las descargas hasta en un 92 %. Aunque este incremento realmente guarda relación con la masificación de la publicidad, convirtiéndose en una molestia para la navegación de muchos usuarios. 

 

De esta forma, los bloqueadores se volvieron una herramienta con grandes beneficios, pues además de eliminar la publicidad, también controlan los efectos secundarios de la publicidad, como la ralentización de los sitios web, el alto consumo de recursos y ancho de banda de nuestros dispositivos. 

 

Bajo este escenario, YouTube ha comenzado a generar pequeños anuncios con un mensaje indicando que usar bloqueadores de anuncios es una acción que afecta los ingresos de los sitios web que se sostienen a base de intercambios publicitarios, obligándote a ser parte de su programa premium o abandonar la página. 

 

A pesar de los intentos de esta y otras plataformas, los bloqueadores suelen estar bien actualizados por sus desarrolladores, permitiendo burlar estos controles. Por lo que podríamos pensar que estamos un paso adelante de la excesiva cobertura publicitaria, pero esto podría cambiar dentro de poco, pues Google ha buscado eliminar este tipo de extensión de su sistema. 

 

La negativa por aceptar estas aplicaciones no radica en problemas de seguridad o vulnerabilidad de datos, pues actualmente, la mayoría de los anuncios web se originan en servidores independientes de los sitios web en los que aparecen. En otras palabras, el contenido de la página que estás viendo se origina en el servidor de ese sitio, mientras que los anuncios provienen de otra parte. Los bloqueadores de anuncios son capaces de detectar esta información y bloquear sus solicitudes de carga. Básicamente, esta acción hace que se detengan rápidamente y que no lleguen a cargarse. 

 

Por lo que no existe ninguna vulnerabilidad a los sistemas de conexión, pues tampoco es necesario hacer un registro para poder acceder a estas herramientas, aunque sí existen aplicaciones con planes de pago, pero esto solo contempla la adherencia de otras funciones como pueden ser VPNs. Sin embargo, como ya vimos, si ha generado un fuerte impacto en los ingresos económicos de las empresas. Ovum, el brazo de investigación de Informa Group, señalaba hace unos años que para 2020 se perderían 35 mil millones en ingresos por anuncios publicitarios gracias al anuncio de extensiones. 

 

Aunque las actualizaciones están a la orden del día, la nueva medida de restricción de Chrome estaría cerca de poner fin a estas herramientas gratuitas que molestan a poco más del 64 % de los usuarios de internet, según Blockthrough. Y es que, para la actualización del próximo año, se ha anunciado la implementación del Manifest V3, que en términos simples es la especificación de referencia para las extensiones de Chrome y que, para el siguiente año, estarían entrando en vigor, suponiendo un riesgo para la privacidad, la seguridad y la innovación, ya que no permiten extensiones como los bloqueadores de publicidad o rastreadores. 

 

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Como lo mencionamos en el artículo sobre los mejores navegadores web, el acatar esta medida estaría vulnerando a la mayoría de los servidores web que están basados en Chromium, pero aún quedan esperanzas dentro de otros programas como Firefox, aunque aún resta saber si el equipo de desarrolladores de Chrome dará marcha atrás con su medida o buscará aplicar otro tipo de acciones que no vulneren la interacción de los usuarios. 

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