Las grandes ciudades constantemente tienen aglomeraciones de tráfico que afectan la rutina de muchas personas. Estar atrapado en el tráfico es una experiencia común y frustrante, pero además, puede tener impacto en la mecánica de tu automóvil.
Uno de los principales inconvenientes que surgen es el aumento del consumo de gasolina, pues los arranques y paradas constantes consumen más combustible en comparación a la conducción continua. Si no tienes suficiente gasolina y te quedas atrapado en un embotellamiento, podrías quedarte sin ella, por lo que es importante ser precavido y mantener un buen nivel de combustible.
El desgaste de los frenos es otro problema común en los atascos, pues frenar repetidamente provoca un desgaste adicional. Algunas de las señales de advertencia que un automóvil da ante esto es que el pedal de freno es más blando, existe vibración en el volante o el coche, así como la pérdida de líquido y la desviación del coche al frenar. Mantener los frenos en buen estado es crucial para la seguridad y la eficacia de tu automóvil.
Los fluidos como el aceite, el líquido de transmisión, el refrigerante, el líquido de frenos y el de dirección asistida pueden verse afectados durante los atascos. La evaporación, el desgaste y la pérdida de calidad de estos fluidos pueden ocurrir con mayor rapidez, por lo que es importante verificar regularmente el nivel de estos fluidos y reemplazarlos de ser necesario o según las recomendaciones del fabricante.
Por último, la correa de distribución también puede sufrir un desgaste adicional durante los atascos. Algunas señales de que la correa de distribución está en mal estado pueden ser chirridos en la parte delantera del vehículo, mal funcionamiento del aire acondicionado y la dirección asistida, así como el sobrecalentamiento del motor y el desgaste visible de la correa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la correa de distribución tiene una vida útil y deberá reemplazarse cuando sea necesario.
Aunque sin lugar a dudas, el riesgo más grande en los atascos es estar demasiado cerca de otros vehículos, lo que podría provocar accidentes. Por lo que es fundamental mantener la atención en el camino, incluso cuando el tráfico se detiene.
