La dislexia es un trastorno del que muchas personas han escuchado, pues una de cada diez personas en el mundo la padece; sin embargo, poco se habla de los puntos positivos o curiosos de esta condición.
Cada 8 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Dislexia como un esfuerzo para visibilizar este trastorno y concientizar a las personas sobre la importancia de adaptar los modelos de aprendizaje para apoyar principalmente a los niños con este diagnóstico.
¿Todo es malo con la dislexia?
Los disléxicos enfrentan múltiples retos, desde su niñez con los modelos escolares y en la vida adulta con el entorno laboral, pues se trata de personas que principalmente tienen problemas en el desarrollo de la lectoescritura, pues generalmente se comunican de manera poco fluida o precisa.
En el ámbito escolar las personas disléxicas también tienen problemas para comprender una idea, además de que tienen muy poca retención y desarrollan un léxico muy limitado, lo cual se manifiesta principalmente en cambiar el orden de las letras al momento de hablar o escribir.
Si bien, tienen problemas en ciertas áreas de conocimiento, son capaces de desarrollar otras que van relacionadas con el aspecto visual, es decir, tienen mayor facilidad para expresar una idea con una imagen que con palabras.
Esto permite que una persona disléxica pueda desarrollar mejores habilidades como el dibujo y otras artes plásticas, prueba de ello es que artistas como Leonardo Da Vinci o Walt Disney eran disléxicos.
Muchos pacientes con ese trastorno desarrollan la discalculia, que es la dificultad con las matemáticas, en la historia también existieron, como Thomas Alva Edison o Albert Einstein, que padecían dislexia, pero lograron sacarle jugo a su condición.
Aunque una persona con dislexia suele enfrentar problemas para aprender como la mayoría de las personas, generalmente tienen una mayor facilidad de comprender su entorno a través de las imágenes, ya que pueden llegar a procesar de 200 a 400 veces más rápido un contexto visual que una persona que no tiene dislexia.
Esto los vuelve personas más curiosas y con más creatividad, pues logran tener un panorama más amplio de la misma escena que una persona promedio, además existen formas de mantener dicha creatividad a pesar de estar bajo un tratamiento para controlar las anormalidades neurológicas que provocan la dislexia
Condiciones laborales y educativas los merman
A pesar de ser una población representativa a nivel mundial, los modelos educativos y laborales no están adoptados para las personas disléxicas, por lo que actualmente los niños con este padecimiento son los que engrosan las estadísticas de deserción escolar.
Algo similar ocurre con las tasas de desempleo, pues al no tener estudios concluidos o una capacitación formal, las personas con dislexia sufren para integrarse al campo laboral e incluso algunos estudios aseguran que estas condiciones están relacionadas con los niveles de criminalidad.
Algunos estudios señalan que entre el 30 % y el 48 % de la población carcelaria padece dislexia, lo cual puede ser visto como la cúspide de una serie de adversidades que sufrieron estas personas desde su etapa escolar y que en su momento no estuvo correctamente atendida.