Según un nuevo estudio, los adultos mayores de 60 años que pasan un mayor tiempo realizando conductas sedentarias pueden tener un mayor riesgo de desarrollar demencia. De acuerdo con la investigación publicada en la revista JAMA Network, el riesgo de demencia aumenta significativamente entre los adultos mayores cuando pasan más de diez horas al día en actividades sedentarias.
Este hallazgo, afirma un comunicado de la Universidad de Arizona, es notable, pues el estadounidense promedio es sedentario durante aproximadamente 9.5 horas al día. Asimismo, la forma en que se acumula el comportamiento sedentario a lo largo del día no importa tanto como el tiempo total de conducta sedentaria cada día, señalan los investigadores.
De esta forma, el riesgo de demencia comienza a aumentar rápidamente después de 10 horas de sedentarismo cada día, independientemente de cómo se haya acumulado el tiempo sedentario. No obstante, resalta el estudio, los niveles más bajos de comportamiento sedentario, es decir, menos de 10 horas, no se asocian con un mayor riesgo.
Respecto a la definición de conductas sedentarias, un estudio publicado en la revista BMC Public Health se refiere a una falta de actividad física e interacciones sociales. También actividades como sentarse para ver la televisión o mientras se conduce un automóvil se consideran sedentarias. Si bien, es inevitable volverse más sedentario al envejecer, la publicación señala que los médicos deben tener en cuenta "que los adultos mayores pueden tener un deseo innato de ser lo más activos físicamente posible".
Asimismo, el comportamiento sedentario, la actividad física y el sueño son tres comportamientos estrechamente relacionados entre sí con la salud, según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). En este sentido, la institución advierte en México la población es cada vez más sedentaria y solo 1.5% de niños cumplen con las recomendaciones de los tres comportamientos del movimiento. En cuanto a los adolescentes, solo 4.7% de ellos cumplen con las recomendaciones, comparado con 4% de los adultos y 1.5% de los adultos mayores.
Si no se modifica esta tendencia, advierte el INSP, para 2030 se esperan más de ocho millones de casos nuevos de enfermedades crónicas no transmisibles y condiciones de salud mental atribuibles al sedentarismo. De estos casos, más del 55% de estos corresponderían a casos de depresión y el 37% a casos de hipertensión, con un gran impacto económico en los sistemas de salud. Aunado a un mayor riesgo de demencia y otras enfermedades, el sedentarismo es visto como un problema de salud pública relevante para el futuro. (Notipress)