Derivado de la pandemia por covid-19 en todo el mundo se ha prestado más atención a la proliferación de nuevos virus y bacterias que pudieran representar riesgos en todo el mundo. En las últimas semanas se alertó sobre un posible brote del virus Nipah, aunque en lo más reciente las alarmas se han prendido por el Virus Sincitial Respiratorio (VSR).
En Chile, este virus ya se propagó y hasta junio se tenía conocimiento de que ya cobró la vida de seis menores en edad lactante, ya que este es el grupo etario más vulnerable ante el VSR. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que este patógeno no tiene cura ni un tratamiento estandarizado, ya que el tratamiento a suministrar depende de la evolución del paciente.
Especialistas de la salud consideran que en México este virus podría causar los mismos estragos que en Chile, pues no se cuenta con un sistema de salud adecuado para atender una emergencia así. La primera vez que se le aisló fue en 1956 y, desde entonces, se le reconoce como el principal virus causante de infecciones respiratorias en recién nacidos lactantes y en niños pequeños.
El VSR entra en la clasificación de los Paramixoviridae, del género Pneumovirus. Su forma de propagación es similar a la de otros virus respiratorios como la influenza, es decir, se da entre una persona y otra entrando por las vías respiratorias y los ojos gracias a la inhalación o el contacto con partículas de mucosidad nasal y con saliva suspendida en el aire tras un estornudo o cuando se tose.
Otra forma de contagiarse es cuando se besa a una persona infectada o se toca una mano u objeto que tenía el virus impregnado y luego se lleva a los ojos o la nariz. Las infecciones tienen más prominencia en algunas estaciones del año, empezando en otoño y terminando en primavera.
Si bien es un riesgo mayor en los niños de dos años o menos, se puede presentar en personas de todas las edades, aunque en los adultos sólo provoca una enfermedad leve similar a un resfriado común. Al igual que los menores, los adultos mayores también son un grupo vulnerable a padecer una infección grave, lo mismo que con personas que tienen padecimientos previos o sistema inmune débil.
Los principales síntomas del VSR son la congestión nasal, menos apetito, tos, estornudos, fiebre y las sibilancias, esos ruidos que se dan al respirar y que son sinónimo de que hay una infección. Se presentan por etapas luego de un periodo de cuatro o seis días, por lo general no todos a la vez, lo que hace más difícil distinguir el virus de un resfriado convencional.
Ante el nuevo escenario de otra pandemia, hay señalamientos de que el sistema de salud pública de México no podría responder para atender a los grupos posiblemente afectados. En su último informe, el Coneval dio a conocer que en el país miles de personas perdieron el acceso a sistemas de salud, por lo que ahora es más complicado que puedan atenderse.
Hasta el 2022, el 39.1 % de la población mexicana no tenía acceso a servicios de salud, esto equivale a 50.3 millones de personas que recurren a consultorios en farmacias y en clínicas privadas, algo que resulta más costoso para el grueso de los ciudadanos. No obstante, la fragilidad sanitaria del país quedó en evidencia desde hace tres años con el covid.
Según las cifras oficiales de la Secretaría de Salud, en México murieron 334,336 personas, aunque gracias al registro de exceso de mortalidad del INEGI se dio a conocer que el número real pudo ser de 628,237 hasta 669,948 decesos, el doble de los números oficiales. El exceso de muerte de la Secretaría fue de 664,182 muertes, cercano a lo reportado por el INEGI.